VASCONVM GENTILITAS


[Cubierta y contraportada, con índice, del número 21, correspondiente a 2013, de la revista Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra, que acoge, como número monográfico, el trabajo ANDREU, J. (ed.): Entre Vascones y Romanos. Sobre las tierras de Navarra en la Antigüedad, Pamplona, 2013, un hito más en la investigación sobre este singular pueblo de la Antigüedad Clásica Peninsular]

No es éste el primer post de Oppida Imperii Romani que aparece encabezado por parte de una conocida expresión del Peristephanon del poeta tardorromano y Calagurritano Aurelio Prudencio (Perist. 1, 94: pincha aquí para el texto completo del primer carmen de dicha obra). Ya hace algunos años (pincha aquí) anunciábamos en este espacio, y a través de otro post, la edición, en la colección Instrumenta de la Universitat de Barcelona, de un volumen misceláneo sobre los antiguos Vascones, sobre los Vascones que aparecen citados en los textos clásicos, un tema al que el autor de este blog ha dedicado un buen número de horas de trabajo y, también -como precisamente se justificaba en dicho en ese antiguo post de 2009- de difusión, dos labores que -como también hemos dicho en otro lugar de este blog (pincha aquí)- deberían ir siempre unidas a la función docente universitaria. Pues bien, aquél viejo post de 2009 y éste tienen algo en común, anuncian la publicación de un nuevo volumen -en este caso en el marco de la prestigiosa revista Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra- dedicado a la Navarra Antigua -a la Historia Antigua de Navarra- y a la etnia que, según los textos clásicos, ocupó parte de su solar -y también el de otras provincias limítrofes- en época romana. El citado volumen, número 21, correspondiente a 2013, de dicha revista, supone la tercera entrega de una serie -dispersa desde el punto de vista editorial pero fruto de un mismo esfuerzo investigador- que se inició en 2006 con la publicación, por la Institución Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra, del volumen ANDREU, J. (ed.): Navarra en la Antigüedad. Propuesta de Actualización, Pamplona, 2006, que tuvo continuidad con la edición, en 2009, del magno libro ANDREU, J. (ed.): Los Vascones de las fuentes antiguas. En torno a una etnia de la Antigüedad Peninsular, Barcelona, 2009 y que da ahora su tercer paso -quizás el de mayor madurez- en el volumen ANDREU, J. (ed.): Entre Vascones y Romanos. Sobre las tierras de Navarra en la Antigüedad, Pamplona, 2013, monográfico, como se ha dicho, del órgano editorial del Área de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Navarra y una de las dos revistas de su Departamento de Historia de dicha institución.

Pero, ¿por qué los Vascones? ¿por qué, otra vez, los Vascones? No sin cierta "boina", podríamos aquí parafrasear la conocida e invocadísima frase de Aulo Terencio diciendo algo así como Navarrus sum, navarrum nihil a me alienum puto. Efectivamente, "soy navarro y nada de lo navarro me es ajeno". Por eso, cuando en 2004 me incorporé a la UNED de Tudela, entendí que, si un centro universitario debe, de verdad, servir a la sociedad, en el ámbito de los estudios históricos, debe de hacerlo acercando a aquélla al conocimiento de sus orígenes, ofreciendo -a estudiantes y a público en general- materiales desde los que reflexionar sobre su presente a partir del conocimiento de su pasado. Así surgieron los coloquios -ya tres, celebrados sucesivamente en 2004, 2008 y 2012- sobre Historia Antigua de Navarra y, desde que me incorporé al Departamento de Historia Antigua de la Universidad Nacional de Educación a Distancia -entonces dirigido por Mª Jesús Peréx Agorreta, autora del volumen PERÉX, Mª J.: Los Vascones (el poblamiento en época romana), Pamplona, 1986, aun de referencia- también así surgió una más o menos dinámica preocupación investigadora por el tema desde la perspectiva de sus fuentes literarias (Lucentum, 26, 2007), de la documentación arqueológica relativa a las ciudades del ámbito vascónico (Espacio, Tiempo y Forma. Serie 2, 17-18, 2004-2005), de las peculiaridades del hábito epigráfico en ese pueblo antiguo (en ANDREU, J., ESPINOSA, D., y PASTOR, S.: Mors omnibus instat. Aspectos arqueológicos, epigráficos y rituales de la muerte en el Occidente romano, Madrid, 2009) o, también, de la percepción historiográfica e ideológica (Revista de Historiografía, 8, 2008) e, incluso, educativa -precisamente en el capítulo que cierra el libro cuya cubierta encabeza este post- que la sociedad contemporánea tiene sobre este apasionante pueblo de la Antigüedad Clásica. El resultado, de los coloquios y de las publicaciones resultantes y, también, de la labor investigadora que hemos realizado sobre la cuestión, ha sido no sólo el de colocar a la UNED de Tudela en el "mapa" de los eventos de referencia sobre Antigüedad Peninsular sino, también, el de convertir a los Vascones -de los que poco se sabía antes al margen de la recopilación de las fuentes que de ellos nos hablan y del análisis de las que, presuntamente, fueron sus ciudades en época romana- en un objeto de estudio atractivo que, necesariamente, habrá de abordarse -ya se está haciendo- desde una óptica pluridisciplinar (útil resultará la valoración que, sobre los "estudios Vascónicos" -si se nos permite llamarlos así- hace J. Mª Blázquez Martínez en un trabajo de balance en Trabajos de Arqueología Navarra, 20, 2007-2008). Hay, sobre el tema, sin duda, todavía, más incógnitas que certezas -sirva como muestra el audio que cierra este post, y que se grabó en una charla que, titulada "Interrogantes acerca de los Vascones (y los vascos) de la Antigüedad", impartí en la Cátedra de Lengua y Cultura Vasca de la Universidad de Navarra, en Pamplona, el pasado día 24 de Enero- pero el volumen que ahora presentamos, sin duda, tiene la virtud de dar continuidad a un interés que sólo puede llegar a buen puerto, al puerto del conocimiento "en construcción" que, en muchas ocasiones, es a lo más que podemos aspirar quienes trabajamos sobre la Antigüedad.

La nueva entrega de esta serie de publicaciones sobre los Vascones antiguos ofrece, además, no pocas novedades. Sin ánimo de ser exhaustivos en la lista -una revisión del índice que corona este post puede sustituir la lectura de estas líneas finales- se procede a una revisión del límite occidental del conuentus de Caesar Augusta y, por tanto, también del territorio vascón (a cargo de J. Velaza y F. Beltrán Lloris), se realiza una detallada revisión de la controversia existente sobre las tierras de Navarra -y los Vascones antiguos- y los episodios que protagonizaron en solar hispano Sertorio y Pompeyo, en la década de los setenta del siglo I a. C. (a cargo de L. Amela), se caracterizan las creencias religiosas de esta etnia histórica y, también, sus evidentes conexiones aquitanas a través de una actualísima revisión de la epigrafía votiva que ha ofrecido la zona (a cargo de J. Gorrochategui y J. L. Ramírez Sádaba), se traza un balance de la cuestión sobre la investigación en Arqueología protohistórica y clásica en Navarra (a cargo de J. Armendáriz, un trabajo que justifica por sí solo el volumen y que, sin duda, hacía falta), se ofrece una novedosa "mirada" a la documentación epigráfica de las ciudades de los Vascones y de sus territorios rurales (a cargo, cómo no, de Ángel A. Jordán), se presentan los resultados de los trabajos arqueológicos -intensísimos- llevados a cabo en los últimos años por el Gabinete TRAMA de Pamplona que, por fin, ven la luz en un estudio (a cargo de M. Unzu y M. García-Barberena) que arroja nuevas luces sobre el urbanismo y la economía de la Pompelo de los primeros siglos del Principado, se habla, también, de la romanidad de Tudela (a cargo de J. J. Bienes), de la mansio Iturissa, últimamente muy presente en los medios (en un trabajo firmado por las que fueron las "descubridoras" de este enclave a mediados de los años ochenta, Mª Peréx y M. Unzu) y, además, se registra una notable y prometedora mirada a ámbitos geográficos que resultan, sin duda, clave, para nuestra comprensión del solar de los Vascones como son los territorios de la Navarra Media Oriental (a través de los trabajos de los jóvenes N. Zuazúa y C. Zuza) y, en fin, se hace también balance historiográfico y sociológico (a cargo de P. Ozcáriz y de quien firma estas líneas) de algunas cuestiones relativas al modo cómo se ha ido conformando el caudal documental de que, sobre los Vascones, disponemos en la actualidad y de los que constituyen los retos de futuro de la investigación sobre la cuestión (seguro que sobre ella se avanza mucho en el próximo VIII Congreso General de Historia de Navarra, a celebrar en Septiembre de 2014 y organizado por la Sociedad de Estudios Históricos de Navarra).

En fin, nuestro consejo está claro: si tienes interés en cuestiones relativas a las etnias antiguas, a la paleohispanística, a la Península Ibérica en la Antigüedad, éste es un volumen con el que tienes que hacerte, cuanto antes, para tu biblioteca... ¡Que lo disfrutes! Y como aperitivo, ahí va la charla antes aludida que, seguro, te gustará y que, espero que, como otras que hemos ofrecido a través de este blog (pincha aquí para otra que guarda cierta relación con ésta), sea de vuestra utilidad.

TITVLI AD RES ROMANAS PERTINENTES



[Portada de RUIZ TRAPERO, Mª D.: Inscripciones Romanas de la Comunidad Autónoma de Madrid (siglos I-VI), Madrid, 2001 (en adelante ILMadrid), disponible para descarga desde aquí, gracias a la red Archport, de la Universidade de Coimbra, y cuyo contenido puede servir de excusa para conocer cómo debe ser tratada, sometida a crítica y empleada como fuente histórica una inscripción latina, una inscripción ad res romana pertinens: "que guarda relación con el mundo romano"]

Hace algunos meses que los posts de contenido exclusivamente epigráfico se acumulan en este blog. La razón es eminentemente pedagógica -un prisma que está presente desde los inicios en Oppida Imperii Romani- y, por eso, en anteriores entregas hemos atendido a recomendaciones de material audiovisual y en red sobre Epigrafía Latina (pincha aquí), a vídeos sobre el proceso material de las inscripciones romanas (pincha aquí) -asunto sobre el que pronto volveremos, además, con un material muy especial- o a listas de corpora y repertorios epigráficos varios de consulta recomendable para el estudioso de la Antigüedad Clásica y, desde luego, para el estudiante de Ciencias de la Antigüedad (pincha aquí). Esta sucesión de posts "epigráficos" -que nos ha llevado a incorporar al blog una nueva etiqueta: Epigraphica- tiene continuidad en este en el que ofrecemos para descarga en red un útil y conocido repertorio epigráfico hispano referente a las inscripciones de la actual Comunidad de Madrid -editado en 2001 bajo la autoría de Mª Ruiz Trapero, durante muchos años docente de Epigrafía Latina en la Universidad Complutense de Madrid-, libro que, desde hace no mucho tiempo, está disponible en red. El objetivo, además de complementar la serie de Digitalia Scripta de nuestro blog, es el de reflexionar sobre lo importante que es, en materia de investigación, tratar adecuadamente tres aspectos al estudiar -siquiera con carácter tangencial- una inscripción latina: el soporte [I], el texto [II], y el contexto [III], tres conceptos de los que ya hablamos en un volumen de temática epigráfica que, nos consta, ha alcanzado una notable difusión en las bibliotecas especializadas (pincha aquí) y que, también, está a disposición del usuario de la red (pincha aquí) gracias a la prestigiosa editorial Liceus E-Excellence y tres conceptos que, nos consta, les resulta difícil aprehender a muchos de nuestros estudiantes pero que, sin embargo, están en la base de la dedicación a las inscripciones romanas.

[I] Soporte. Durante muchos años, la investigación histórica respecto de las fuentes epigráficas se detuvo en las inscripciones, sencillamente por su valor textual, como si el "continente" de aquéllas estuviera por encima del "contenido", de la información de los textos o, incluso, de los propios textos. La estrecha relación entre Filología Latina y Epigrafía o entre Lingüística y Epigrafía fue, en parte, responsable de esta "miope" aproximación a las inscripciones romanas. A partir de los años ochenta, sin embargo, con el auge de la elaboración de repertorios y corpora epigráficos de carácter regional, determinados autores -en España fue, por ejemplo, pionero J. Bonneville, en una obra, Epigraphie Hispanique: problèmes de méthode et d`édition (París, 1984), que alcanzó extraordinaria difusión y revolucionó los estudios epigráficos (pincha aquí para una valoración de la misma en la revista Faventia)- empezaron a llamar la atención de que que no era igual valorar un texto epigráfico que estuviera grabado sobre un dintel monumental de carácter arquitectónico, sobre un altar de carácter votivo o sobre una estela de uso funerario y que, además, consignar la descripción adecuada de ese soporte, resultaba fundamental en cualquier modelo de edición epigráfica. Así, el lector curioso constatará como, en las fichas de cada una de las inscripciones recogidas en el ILMadrid, la primera atención -el primer o el segundo párrafo- se consagra a describir las circunstancias relativas al soporte, tanto a su tipología (para familiarizarse con ésta suelen resultar útiles las páginas que, en los corpora epigráficos regionales, se dedican a analizar los soportes atestiguados en el área objeto de estudio, ver por ejemplo, pp. 29-31 -y, en cierta medida, también pp. 15-29- del ILMadrid que justifica este post o pp. 821-827 del volumen segundo del IRCP de José d'Encarnaçao que, como comentamos hace varios posts, está ya disponible online) como a las circunstancias concretas que acompañaron al hallazgo y a la indicación de las que rodearon a la "autopsia", al estudio detenido -y de primera mano-, de la inscripción por el autor responsable de editarla (a este respecto, y como se recomendará más abajo, siempre puede resultar útil echar un vistazo a publicaciones de temática epigráfica -especialmente a las que abordan la presentación de nuevas inscripciones- que salpican las revistas de nuestra especialidad; así, y por no abandonar el entorno "madrileño", puede seguirse muy bien el modelo de tratamiento de esa parte relativa al "soporte" -y en general del modelo de ficha de edición- en trabajos como éste de STYLOW, A. U., "Dos cupas Complutenses", Archivo Español de Arqueología, 79, 2006, pp. 283-286 o éste de GÓMEZ-PANTOJA, J., y RUBIO, Mª J.: "Las cupae Complutenses", en ANDREU, J. (ed.): Las cupae hispanas: origen, difusión, uso, tipología, Uncastillo, 2012, pp. 175-196 que, además, tratan inscripciones comunes -ambas de Complutum, precisamente, no hace mucho protagonista de este blog- lo que es muy útil para verificar cómo se transmite, entre autores, el texto y las características de una inscripción: así, las dos piezas presentadas por el trabajo de A. U. Stylow son las nºs 3 y 8 del catálogo del volumen que tuvimos la fortuna de editar hace un par de años, sobre las cupae). En este apartado, además, es fundamental dedicar unas líneas a presentar los rasgos paleográficos de la inscripción: ¿con qué tipo de letra está compuesta?, ¿qué dimensiones tienen los caracteres? ¿hay signos de interpunción separándolos?, etcétera (para estas cuestiones paleográficas puede ser útil consultar el enlace sobre capitales cuadradas y otros enlaces, en él sugeridos, de la Wikipedia). Ser, además, extraordinariamente minuciosos en la descripción de estas piezas -especialmente si se encuentran en un estado o contexto de conservación no muy apropiado- puede hacer de nuestro trabajo una fuente historiográfica de gran validez en el futuro, no en vano es sabida la gran cantidad de inscripciones que -hoy perdidas- se conocen sus textos o sus características formales y materiales gracias a la tradición manuscrita (sobre ésta, es inexcusable ABASCAL, J. M., y CEBRIÁN, R.: Manuscritos sobre Antigüedades, Madrid, 2006, en el marco de la rehabilitación que, sobre este tema, ha protagonizado la Real Academia de la Historia) o a las primeras publicaciones de noticias epigráficas protagonizada por numerosos eruditos de los siglos XVIII y XIX (a este respecto es muy útil la sección Inscripciones Romanas (España y Portugal) de la Biblioteca Cervantes Virtual, regentada por el Dr. D. J. M. Abascal, uno de los grandes epigrafistas de nuestro tiempo). 

[II] Texto. Una vez que, ante una inscripción determinada, nos hemos detenido -con exhaustividad y siempre pasando de lo más general (tipo de soporte) a lo más particular (estado de conservación, aparato decorativo, dimensiones, paleografía)- respecto del soporte epigráfico, la atención de todo epigrafista debe centrarse en el texto en lo que la inscripción dice y, también, en cómo lo dice, fenómeno éste que ha dado lugar al muy manido concepto de la auto-representación, recurrente en trabajos recientes, sobre todo a partir del legado de G. Alföldy (sobre él, y algunos de esos trabajos, pincha aquí). Sin embargo, y aunque esto pudiera parecer lo más fácil -al menos si la inscripción está en buen estado de conservación- se convierte en lo más complejo si aquélla ha sido objeto de atención por una amplia serie de investigadores previos. La labor de edición epigráfica (a ella dedicamos un capítulo específico del Fundamentos de Epigrafía Latina [Madrid, 2009] al que aludimos más arriba y, también aportamos algunos rudimentos, en un viejo post de Oppida Imperii Romani) se contagia, entonces, del método filológico y es necesario -inmediatamente después de la presentación del texto, sobre la que luego hablaremos- citar de manera sucesiva y de más antigua a más moderna, todas las obras que se ocuparon de la pieza en cuestión. El modo de hacerlo es sencillo, esos autores se colocan ordenados, siempre, del más antiguo (el que dio a conocer la inscripción por primera vez: la editio princeps) al más moderno y, es, además, recomendable que, cuando un autor -o un repertorio epigráfico del tipo del Corpus Inscriptionum Latinarum, L'Anné Epigraphique o Hispania Epigraphica- se ha limitado, simplemente, a recoger la lectura dada por otro, la referencia a éste se coloque entre paréntesis inmediatamente después del anterior, del que ha sido fuente del segundo (para el modo cómo se abrevian este tipo de publicaciones o, en general, como punto de partida para tener una lista de corpora epigráficos, puede accederse al que ofrece la última revista citada, por ejemplo, a partir de la p. 413, del nº 18, correspondiente a 2012). Antes de todo ese "aparato crítico" -que, a veces, puede acompañarse de las variantes de lectura aportadas por cada autor y que, como vemos en el ILMadrid, puede colocarse, también, al final de la ficha, tras los comentarios alusivos al "contexto" [III]- es necesario haber ofrecido el texto y, para ello, es necesario conocer algo de Epigrafía Latina (para familiarizarse con la tipología de los textos epigráficos y su singular lenguaje formular, existen en red, en varios portales de descarga de libros, versiones en PDF del clásico manual de KEPPIE, L: Understanding Roman Inscriptions, Baltimore, 1991, además de algunos que ya fueron recomendados en un post anterior de esta serie y que se convierte, aquí, en inexcusable: pincha aquí) pero, también, familiarizarse, antes, con los signos diacríticos que, de carácter universal, indican si una letra se conserva completa o dañada y deducida por el contexto, si hay una laguna, si hay un error, si el texto es el que vemos en la pieza o lo estamos desarrollando, etcétera (desde aquí puedes descargar un repertorio válido de esos signos). Estos hacen que, ante la edición de un determinado texto, cualquier epigrafista entienda de modo unívoco lo que sobre el soporte está escrito.

[III] Contexto. La Epigrafía es, como tantas veces se ha dicho, una disciplina histórica, una ciencia al servicio de la Historia, por eso, contextualizar una inscripción es, sencillamente, extraer de ella toda la información histórica con que nos obsequia y ésta, normalmente, va orientada en tres ámbitos, sin que sean exclusivos: el cronológico -cuándo se hizo la inscripción-, el onomástico -quién la hizo, para quién la hizo, con quién la hizo- y el histórico-sociológico -a qué contexto social pertenece el monumento o qué motivaciones hay tras su erección-. Por eso, tras la presentación del texto y del aparato crítico, hay que comentar los aspectos que se desprendan de los nombres citados en la inscripción -si, además, aparecen cargos públicos puede realizarse un cierto ensayo prosopográfico (sobre este método véase un tradicional trabajo: CABALLOS, A.: "La técnica prosopográfica en la Historia Antigua ante la pérdida de Sir Ronald Syme", Veleia, 7, 1990, pp. 189-207)-, lo que resulte de la valoración cronológica del documento -las fórmulas empleadas en el texto, el tipo de soporte y, por supuesto, también el contexto arqueológico, si lo hay, puede resultar útil- y la información histórica, social y económica que de él se pueda extraer (por ejemplo, estudios como el de SILLIÈRES, P., MAGALLÓN, Mª Á., y NAVARRO, M.: "El municipium Labitolosanum y sus notables novedades arqueológicas y epigráficas", Archivo Español de Arqueología, 68, 1995, pp. 107-130 puede resultar un buen modelo de estudio de conjunto de un repertorio de inscripciones hallado, extraordinariamente, in situ, en la ciudad romana de Labitolosa, en La Puebla de Castro, Huesca, y ahora otra vez de actualidad por la instalación en el lugar de réplicas de las inscripciones originales, ahora conservadas en el Museo de Huesca de igual modo que -para un ejemplo de estudio prosopográfico y onomástico- ofrecemos un viejo trabajo nuestro: ANDREU, J., y CURULLA, Ó. y OTIÑA, P.: "Un nuevo documento sobre los Minicii de Tarraco", Butlletì Arqueològic, 28, 2006, pp. 199-206: se ofrece enlace al manuscrito al no disponer de separata digital). Lógicamente, ese apartado de "comentarios" a propósito de la inscripción será tanto más apropiado como mayor haya sido la documentación  previa por parte del estudioso encargado de analizar el documento, por eso, la "documentación" es fundamental como competencia de cualquier epigrafista, de cualquier historiador (muy útil resulta, respecto de la documentación sobre Epigrafía Latina, consultar los enlaces libres, disponibles en red, de la prestigiosa herramienta Guide de l'epigraphiste [París, 1989 y 2000] -pincha aquí- y que ofrecen enlaces en red, listas de repertorios epigráficos, etcétera...).

Tenemos que terminar aquí. Evidentemente, a hacer una buena ficha de una inscripción y a comentarla con rigor y criterio se aprende de dos modos: ensayando muchas veces y, también, con un adecuado benchmarking, aprendiendo de quienes se dedican a ello bien consultado repertorios epigráficos -especialmente los publicados a partir de la década de los noventa, quizás los que han practicado mejor el modelo de edición epigráfica más recomendable- bien escudriñando revistas especializadas para ver "modelos" de editiones principes de piezas, dos de esas revistas, por ejemplo, están en red como Ficheiro Epigráfico (Coimbra), o como Hispania Epigraphica -aunque, en realidad, ésta no publica inscripciones nuevas sino que revisa las ya publicadas, con el interés que ello tiene para algunas de las cuestiones que se han tratado en este post- aunque la lista es mucho más amplia (pincha aquí para un listado a partir del cuál organizar tus búsquedas). En cualquier caso, ofrecemos -como hacemos últimamente al final de este tipo de posts de Oppida Imperii Romani- enlace aquí a un modelo de ficha que replica la estructura que, precisamente, hemos comentado en estas líneas y que, seguro, os resultará de utilidad. ¡Al menos eso esperamos!

COMPLVTVM (Alcalá de Henares)



[Sobre estas líneas, dos representativas imágenes del área arqueológica del Camino del Juncal de Alcalá de Henares, parte del solar de la antigua Complutum: arriba vista de la basílica, desde una de las áreas termales y, abajo, zona de las domus llamadas de Marte y del Atrio, en la entrada al citado recinto, de obligada visita para el aficionado]

Situación: Para quienes nos dedicamos con cierta asiduidad a trabajar sobre el antiguo convento jurídico de la colonia Caesar Augusta (pincha aquí para acceder a una charla de M. Beltrán Lloris, del Museo de Zaragoza, sobre la Arqueología de las cicudades de ese espacio jurídico, impartida en un ciclo de conferencias celebrado hace un par de años en la UNED de Tudela y que fue ya objeto de atención en otro post de nuestro blog) la ciudad romana de Complutum constituye, sin duda, un caso extraordinariamente atractivo y singular. Ubicada en el extremo sudoccidental del citado distrito jurídico dispone de tanta documentación -tanto epigráfica como arqueológica, ¡aunque no olvidemos que para quienes nos dedicamos a su estudio, ésta nunca es suficiente!- y está tan abierta a las influencias recibidas de las ciudades romanas de la Meseta Sur (a este respecto, puede verse nuestro trabajo ANDREU, J.: "Municipalización y vida municipal en las comunidades romanas de la Meseta Sur", en CARRASCO, G. (coord.): La Romanización en el territorio de Castilla La Mancha, Cuenca, 2008, pp. 225-260) y a las procedentes del Valle del Ebro que todo ello, junto con la excelencia con que han sido puestos en valor y difundidos sus restos arqueológicos, la convierte en una ciudad que, desde luego, debería haber contado con un post en Oppida Imperii Romani hace bastantes meses más. Ubicada en el solar actual de Alcalá de Henares, ciudad conocida por Miguel de Cervantes y, también, por la célebre Universidad de Alcalá, su proximidad a la capital, Madrid, la convierte en un complemento turístico imprescindible para quien se acerque al centro de la Península o para quien, procedente del Nordeste, quiera adentrarse en la Comunidad de Madrid o en las tierras de Castilla La Mancha.
Acceso: Alcalá de Henares sigue disfrutando, tras veintiún siglos, de las mismas potencialidades geográficas que los romanos le dieron cuando eligieron las orillas del río Henares para convertir en importante enclave un solar -como veremos- seguramente ya distinguido en época prerromana, no en vano la ciudad de Complutum aparece citada como importante mansio en la vía entre Augusta Emerita y Caesar Augusta (It. Ant. 436, 2 y Rav. Cosm. 312, 7) que, por esa zona, ponía en relación -y sigue, de hecho, haciéndolo- a través del corredor del tío Henares y el valle del río Jalón, la Meseta Sur con el Sistema Ibérico (otras ciudades al pie de esa vía como Bilbilis o Arcobriga pueden ser visitas complementarias recomendables, sin duda). Además, desde Complutum se podía acceder también, como se ha indicado, a la Meseta Sur y, por ella, al Mediterráneo, en un trazado que ha sido reciente objeto de estudio por alguien que, nos consta, sigue con interés este blog (FERNÁNDEZ MONTORO, J. L., LOSTAL, J., RODRÍGUEZ MORALES, J.: "La calzada romana de Carthago Noua a Complutum: síntesis de su recorrido", El Nuevo Miliario, 13, 2011, pp. 32-54). Es por ello que, prácticamente, Alcalá de Henares cuenta con las mismas cualidades geoestratégicas que Madrid, ciudad con la que hoy está extraordinariamente bien comunicada tanto por carretera (siguiendo la A-2) como a través del servicio de Cercanías de RENFE, con trenes casi constantes. Además, lo grato y recomendable de las visitas arqueológicas que justifican este post y los muy numerosos atractivos de la propia ciudad de Alcalá de Henares -eminentemente universitaria y cultural- convierten la visita a Complutum en un complemento muy apropiado para la visita turística al centro del país. 
Tipología: Profusamente citada en las fuentes clásicas (además de en las publicaciones que se citarán más abajo, todas esas fuentes aparecen recogidas, de manera completísima, en ROMERO, M.: "Complutum", en ROLDÁN, J. M. (dir.): Diccionario Akal de la Antigüedad Hispana, Madrid, 2004, p. 292 y, recientemente, han sido también recopiladas en un trabajo del que ya hablábamos en un post anterior, a propósito de San Esteban de Gormaz, y que no se ha de perder de vista en adelante, al menos, para ciudades de la Hispania Citerior: FASOLINI, D.: Le tribù romane della Hispania Tarraconensis. L'ascrizione tribali dei cittadini romani nelle testimonianze epigrafiche, Milán, 2012, p. 51 que, además, en pp. 258-259 vuelve sobre el tema de la fecha de la promoción de la ciudad a municipio), la ciudad romana de Complutum aparece citada por Ptolomeo (Ptol. Geog. 2, 6, 56: sobre este autor y su visión sobre el centro de la Península puede consultarse, online, el trabajo doctoral de MONTERO, J.: Carpetanos y Vettones en la Geografía de Ptolomeo, Madrid, Universidad Complutense, 2002) entre los Carpetanos siendo sede de la ceca de rótulo ikesankom (sobre el horizonte carpetano de la ciudad puede verse HURTADO, J.: "Castros carpetanos de época prerromana", Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma, 26, 2000, pp. 85-93, esp. p. 87) y, por su parte, Plinio la refiere con estatuto estipendiario en su célebre lista de comunidades adscritas al distrito jurídico cesaraugustano (Nat. 3, 24, sobre el pasaje y su validez, además de lo indicado más arriba, debe verse este antiguo post de Oppida Imperii Romani: pincha aquí) aunque, más tarde, en inscripciones ya posteriores a la época flavia, alguno de sus ciues (CIL II, 3033 y, tal vez, el L. Caecilius Caecilianus que llegó a flamen provincial en Tarraco tras haber desempeñado el cargo de IIuir, quizás de procedencia Complutense -RIT, 262-) aparecen vinculados a la Quirina tribus lo que se ha tomado, normalmente, como prueba de la conversión en municipio flavio de la ciudad (sobre esta cuestión debe verse GONZÁLEZ CONDE, Mª P.: "Promoción jurídica y organización municipal de Complutum en el Alto Imperio", Lucentum, 4, 1985, pp. 133-146, también nosotros en ANDREU, J.: Edictum, municipium y lex: Hispania en época flavia (69-96 d. C.), Oxford, 2004, p. 151 defendimos esa condición jurídica, explotando las fuentes epigráficas al respecto). Además de ser citada por Plinio y por Ptolomeo, es extraordinariamente notable el catálogo de testimonios escritos que hay sobre su constatado -y casi inusual- horizonte y esplendor tardoantiguo (para la pervivencia tardoantigua de la ciudad, desde la perspectiva, además, de la Arqueología de sus edificios, debe verse RASCÓN, S.: "El gran complejo administrativo tardoantiguo Complutense", en RASCÓN, S. (coord.): Complutum. Roma en el interior de la Península Ibérica, Madrid, 1998, pp. 88-92 -como veremos más abajo, uno de los trabajos misceláneos de referencia sobre la ciudad- y, con todas esas fuentes tardoantiguas comentadas, resulta útil, VALLEJO, M.: "Complutum en las fuentes de la Antigüedad Tardía", en GARCÍA MORENO, L. A., y RASCÓN, S.: Acta Antiqua Complutensia I. Complutum y las ciudades hispanas en la Antigüedad Tardía, Alcalá de Henares, 1999, pp. 203-224), testimonios que incluyen alusiones al martirio de los santos Justo y Pastor (Prud. Perist. 4, 41-44 o Paul. Nol. Carm. 35, 605) o a la presencia de obispos suyos en los concilios de los primeros siglos. Esa generosidad en las referencias escritas está, además -como se dijo más arriba- corroborada por la documentación arqueológica que, como vamos a describir a continuación, es sencillamente muy sobresaliente en la calidad de sus restos y en la excelencia de la puesta en valor de aquéllos. Como viene siendo habitual desde un anterior post de Oppida Imperii Romani, remitimos a la voz "Complutum" en el Pelagios Project (pincha aquí) donde se ofrece también elenco de fuentes clásicas y bibliografía básica sobre el lugar, complementaria a la que, con un notable esfuerzo, traemos a este post.
Descripción: Sin lugar alguno a dudas, la Ciudad Romana de Complutum -pues es así como se denomina al conjunto arqueológico en el muy útil material que el Ayuntamiento de Alcalá de Henares ofrece a los visitantes- es uno de los atractivos arqueológicos mejor gestionados, más ejemplares y, por tanto, de visita más recomendable de nuestro país. En apenas unas horas, el visitante que se acerque a los dispersos vestigios de esta antigua importante ciudad del extremo meridional del conuentus Caesaraugustanus, puede hacerse cargo de cómo era una ciudad romana y, también, de lo compleja -pero también atractiva- que es la tarea de investigar sobre ella y, por supuesto, la de ponerla en valor y hacerla visitable y, también, sostenible. Por eso, y por los atractivos que se han señalado más arriba, Complutum es visita obligada para el amante de la Arqueología Hispanorromana. Un recorrido de, como se decía, una jornada, llevará al visitante a detenerse, al menos, en los siguientes puntos que, a continuación, comentaremos y que constituyen, a nuestro juicio, los principales atractivos de Complutum: el área arqueológica del foro y la regio II, ubicado en el Camino del Juncal, en la confluencia de éste con la Calle Jiménez de Quesada (toda la información sobre accesos, tarifas, y horarios, aquí) y quizás el principal recinto arqueológico de la ciudad; la denominada Casa de Hippolytus, no lejos de allí, en la Avenida de Madrid, junto a la Ciudad Deportiva de El Juncal, un enclave de altísimo interés histórico, arqueológico y museográfico; diversos lugares con atractivo epigráfico -en concreto el exterior del Palacio Episcopal y, sobre todo, y especialmente, la Catedral Magistral de la ciudad-; el Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, en la Plaza de las Bernardas; y -éste último atractivo ya exclusivo para los más aficionados- el cerro de San Juan de El Viso, solar del oppidum prerromano y desde el que se obtiene una espectacular panorámica sobre los restos y el emplazamiento de la ciudad imperial. Efectivamente, el visitante que se dirige a Alcalá de Henares para recorrer los restos de la antigua Complutum tal vez deba empezar por conocer el área arqueológica correspondiente a una de las zonas que, en época romana, debió constituir el corazón de la ciudad, el espacio ocupado, al pie del Camino del Juncal, por el antiguo foro y por una serie de edificios adyacentes de diversa naturaleza coincidentes, además, con el trazado de uno de los decumani de la ciudad. Apenas adquiere su ticket, el visitante puede pasar junto a un par de domus -las denominadas Casa de Marte y Casa del Atrio- extraordinariamente bien puestas en valor y restauradas (echa un vistazo a ellas y a la noticia sobre la apertura del citado recinto, en 2012, en el imprescindible Blog de Paleorama así como al trabajo SÁNCHEZ MONTES, A. L., y RASCÓN, S.: "El foro de la ciudad romana de Complutum", en VI Congreso Internacional de Musealización de Yacimientos Arqueológicos, Toledo, 2011, pp. 341-351 en el que se valora de qué modo se musealizó y puso en valor el recinto forense de la ciudad) y, más adelante, adentrarse en el espacio de edificios públicos mejor conservado del antiguo municipio romano (para ellos, hay, online, disponibles, trabajos como RASCÓN, S., y SÁNCHEZ MONTES, A. L.: "La basílica y los edificios administrativos del foro de la ciudad romana de Complutum. De los edificios de época de Claudio a la monumentalización urbana de los siglos III, IV y V", Anales de Arqueología Cordobesa, 20, 2009, pp. 175-202). Así, tras pasar por el denominado auguraculum -es decir, un templo dedicado a las adivinaciones (pincha aquí) y que se ha interpretado así por el hallazgo, en el citado recinto, de varios depósitos con restos de ofrendas-, pueden verse, también, las monumentales termas que, durante la tardoantigüedad, funcionaron, según parece, como curia de la comunidad municipal, justo al otro lado del muro en el que la tradición ubica el conocido martirio de los santos Justo y Pastor -patronos de la ciudad y víctimas de la persecución de Diocleciano, hacia el 304 d. C.- y al lado de la basílica -seguramente construida a finales de la época Julio-Claudia- y la plaza abierta del foro frente a la cual aun se conservan otras termas (para las termas de Complutum debe verse RASCÓN, S., y MÉNDEZ, A.: "Termas Complutenses", en FERNÁNDEZ-OCHOA, C., y GARCÍA-ENTERO, V. (eds.): Termas Romanas en el Occidente del Imperio, Gijón, 2000, pp. 237-244) y permanece cubierta -y fuera del circuito visitable, al menos por el momento- la denominada "Casa de los Grifos" (para todos estos recintos, además de la información que se ofrece en el folleto que se entrega al visitante, y en los enlaces de bibliografía que aquí, y en la sección correspondiente de este post, se facilitan, puede resultar muy útil seguir la voz "Complutum" en Wikipedia, muy bien editada, o descargar, desde aquí, el documento que, titulado "El conjunto monumental del foro", está disponible en la utilísima biblioteca digital de Alcalá Virtual; y también puede resultar útil FUENTES, Á.: "Edificios públicos de carácter administrativo y religioso", en Complutum: Roma en el interior de la Península Ibérica, Madrid, 1998, pp. 67-78, título sobre el que volveremos más abajo). Como se dijo antes, no lejos de este espacio tan sugerente se encuentra otro que, desde luego, no lo es menos, la denominada Casa de Hippolytus, local, según parece, de un collegium -es decir, de una institución formativa y asociativa de jóvenes- construido a finales del siglo I d. C. y en uso, con remodelaciones, hasta el siglo III d. C. (para un estudio detallado del mismo debe verse RASCÓN, S.: "La así llamada casa de Hyppolitus: la fundación de los Anios y la schola de una agrupación colegial de la ciudad romana de Complutum", Archivo Español de Arqueología, 80, 2007, pp. 119-152). Lo excelente de su puesta en valor y musealización, la soberbia belleza de sus mosaicos -especialmente los de motivos marinos, con conocida inscripción alusiva a su elaboración (HEp4, 506, estudiada por GÓMEZ PALLARÉS, J.: "Apostillas al estudio de la inscripción musiva de Hyppolitus (Complutum, Alcalá de Henares, Madrid)", Lucentum, 17-18, 1998-1999, pp. 219-220, revisando un trabajo anterior sobre la pieza: pincha aquí)- y el carácter singular de su interpretación funcional lo convierten, sin duda, en uno de los espacios más fascinantes de la Complutum romana y aun de toda la Tarraconense. Siguiendo nuestro recorrido por esta antigua ciudad, como antes se dijo, el Museo Arqueológico Regional es el mejor complemento a la visita a Complutum -y, podríamos decir, que, además, es visita obligada para cualquier amante de la Arqueología de nuestro país pues se trata de un centro extraordinariamente dinámico y sobre cuyas actividades (especialmente exposiciones) hay que estar muy al día- pues en él puede hacerse un recorrido muy nítido y pedagógico por la historia del territorio con piezas, además, excepcionales para el caso concreto Complutense (pincha aquí para una colección y ficha de algunas de ellas: la presentación y tratamiento de la información en la web es, sencillamente, sensacional). De camino a él el viajero puede, además, contemplar los restos de una inscripción posiblemente honorífica, romana, embutida en el Torreón de la Fuente del Palacio Arzobispal de la ciudad, la honra que recibiera Pompeia Antilla (AE, 2001, 1238, con estudio monográfico en GÓMEZ-PANTOJA, J.: "Un olvidado fideicommissum de Complutum", en GARCÍA-MORENO, L. A., y RASCÓN, S.: Acta Antiqua Complutensia II. Ocio y espectáculo en la Antigüedad Tardía, Alcalá de Henares, 1997, pp. 257-264), "aperitivo epigráfico" del notable conjunto -hasta ocho inscripciones- que fue hace no mucho revisado y estudiado por GÓMEZ-PANTOJA, J.: "Inscripciones romanas de la Catedral Magistral de Alcalá de Henares", en Vrbs Aeterna, Pamplona, 2003, pp. 493-511 y que se sitúa en la Catedral de la localidad, de visita, también, obligada. Algunas de esas inscripciones son, además, fácilmente visibles en los contrafuertes ubicados a la derecha de la portada (para la documentación epigráfica Complutense, resulta inexcusable el trabajo, en red, de GIMENO, H., y STYLOW, A. U.: "La Epigrafía Latina de Complutum y su territorio", en Corpus Inscriptionum Latinarum II. Municipios antiguos de la Comunidad Autónoma de Madrid, publicado en la utilísima página del Centro CIL II2, con sede, además, en Alcalá de Henares y, por supuesto, la consulta de RUIZ TRAPERO, Mª.: Inscripciones Latinas de la Comunidad de Madrid (siglos I-VIII), Madrid, 2001, pp. 51-125, también disponible en red). Por último, y como antes se indicó, el cerro de San Juan del Viso, solar de la antigua ciudad carpetana antecesora de Complutum y de la ciudad romana previa al traslado de la ciudad, posiblemente en época flavia o a finales de la época julio-claudia, a las orillas del río Henares, en el solar de la actual Alcalá. En el citado cerro ya se llevaron a cabo actuaciones arqueológicas a comienzos del pasado siglo (BLÁZQUEZ, A.: "Hallazgo en el cerro de San Juan de El Viso", Boletín de la Real Academia de la Historia, 72, 1918, pp. 275-279) e incluso a mediados de los años setenta, en 1975 y 1978 (FERNÁNDEZ-GALIANO, D.: Complutum I. Excavaciones, Madrid, 1984, pp. 21-58 y 59-78), y puede resultar una visita complementaria sugerente. Para acceder a él es necesario, desde el centro de Alcalá de Henares, tomar la M-300 en dirección Loeches-Arganda. Cuando se haya cruzado el puente sobre el río Henares, a la altura de Zulema, se ha de coger la primera calle a la derecha, que discurre paralela al río en dirección a la urbanización de Zulema. Cuando ya se haya atravesado esa urbanización, y tras pasar la rotonda, se ha de tomar la primera carretera, nuevamente a mano derecha (¡cuidado porque estos dos cruces no están señalizados!), y seguir por una pista hasta el cartel de "prohibido el paso, zona militar". Una vez allí se ha de girar de nuevo a la derecha por la carretera que lleva hasta la zona amesetada del alto de El Viso. Una vez en lo alto del cerro, al pie de una pequeña instalación eléctrica, el viajero puede pasear -sobre los campos de labor- por lo que debió ser el solar de la ciudad romanorepublicana de la que hoy sólo queda en pie una monumental estructura de opus caementicium desde la cual puede, además, obtenerse una panorámica muy apropiada de la zona que, a orillas del río Henares, ocupó la ciudad altoimperial (justo debajo del cerro queda el área del Juncal, con el que comenzábamos nuestro recorrido en este espacio del post).
Bibliografía: Complutum será, seguramente, una de las ciudades hispanorromanas con mayor aparato bibliográfico, fruto, sin duda, de haber estado su investigación en mano de responsables especialistas que se han preocupado, siempre, por difundir y compartir con la comunidad científica los resultados de sus trabajos. Como el catálogo puede resultar extensísimo -una selección bibliográfica completa puede obtenerse, en formato PDF, desde la sección "Alcalá Romana y Visigoda" del enlace sobre Bibliografía de la ya citada página de Alcalá Virtual (pincha aquí) y, también, con carácter más general, desde la titulada "Arqueología", de ese mismo site (pincha aquí) además de otra, más abreviada, en una página del Ayuntamiento de Alcalá de Henares- sí tendremos que citar, a modo de selección, los trabajos FERNÁNDEZ-GALIANO, D.. Complutum I. Excavaciones y Complutum II. Mosaicos, Madrid, 1984 y 1985, RASCÓN, S.: La ciudad hispanorromana de Complutum, Madrid, 1995 o el utilísimo catálogo de RASCÓN, S. (coord.): Complutum. Roma en el interior de la Península Ibérica, Madrid, 1998 y que, desde luego, puede, a partir de muchos de sus capítulos -alguno ha sido enlazado más arriba-, servir de síntesis introductoria de primer nivel junto con, tal vez, el trabajo de RASCÓN, S., y MÉNDEZ, A., POLO, J., GÓMEZ OSUNA, R., y CABAÑAS, J.: Complutum, la ciudad y los edificios públicos, Madrid, 1994 (como habrá visto el lector que haya llegado hasta este punto en nuestro post, el Dr. D. Sebastián Rascón es uno de los grandes responsables de la dinamización de Complutum y, también, de la difusión de los resultados de la investigación en el lugar; resulta, pues, recomendable, echar un vistazo a sus publicaciones -pincha aquí- o, simplemente, seguirle en Academia.edu -pincha aquí-, plataforma en la que él mismo comparte gran parte de sus trabajos de los que, a propósito de Complutum, hemos querido traer exclusivamente una selección a esta sección y a todo el post).
Recursos en internet: Además de los, extraordinariamente útiles, que se enlazaron en el apartado de "Descripción" -y entre los que se presenta como inexcusable la sección dedicada a la Complutum Romano-Visigoda en la web de Alcalá Virtual- internet ofrece un sinfín de materiales de diversa naturaleza sobre la ciudad que centra este post. Recomendabilísimo es el vídeo que, presentado por Ana Lucía Sánchez Montes, una de las arqueólogas que ha trabajado en Complutum junto con el Dr. Rascón- ofrece en YouTube el canal de TV Alcalá y que supone un recorrido completo -con mucha información- por la ciudad romana (pincha aquí), buen inicio documental para quien quiera preparar su visita o para quien quiera conocer las características materiales de lo que se describió unas líneas más arriba o, sencillamente, ver recreaciones ideales de algunos de los monumentos (este tema de la Arqueología Virtual también está bien presente en la red respecto de Complutum y puede encontrarse en ella una recreación de la Casa de Hyppolitus bien suelta -pincha aquí- bien insertada en un vídeo de idéntica producción al anterior pero presentado por Sebastián Rascón: pincha aquí). También puede resultar una buena introducción a la Complutum romana parte del reportaje "Alcalá de Henares" de la serie Ciudades para el siglo XXI, de La 2 de TVE (a partir del minuto 6: 52, pincha aquí). De diversos autores, existen, en la plataforma Slideshare, de intercambio de presentaciones, un buen número de diapositivas -desigualmente documentadas pero útiles- sobre Complutum en la red (pincha aquí) así como algunos materiales didácticos elaborados por profesores y estudiantes de Secundaria (muy recomendable es el elenco recogido por estudiantes de 4º de ESO bajo la dirección de R. Mª García del Pozo, disponible aquí) y que podrán ayudar al lector a complementar la información aquí presentada, quizás, hasta aquí, de carácter más científico.
Recomendaciones: Dos zonas centran la variada oferta gastronómica y de hostelería de Alcalá de Henares, oferta que, además, dada la condición de ciudad universitaria del lugar, ofrece precios asequibles a todos los prespuestos, a todos los bolsillos. La primera zona correspondería al entorno de la Plaza de Cervantes, centro de la vida alcalaína. En sus alrededores destacan La Taberna de Rusty, que -animadísimo también a diario, prueba de su buen servicio, su apreciada cocina y su competitivo precio- ofrece un buen menú del día así como una variada selección de pinchos y tostas y, prácticamente al lado, la Cervecería Indalo, célebre por las generosas raciones y tapas con que, gentileza de la casa, se acompaña cualquier consumición, como, de hecho, es costumbre de Madrid al Sur en la geografía española. Otra zona en la que hay múltiples opciones para comer es la Calle Mayor (pincha aquí para ver propuestas varias) que, además, está muy cerca de la Catedral Magistral y del Museo Arqueológico Regional, de cuyos atractivos arqueológicos ya se habló aquí más arriba y que son visitas inexcusables en la "arqueoexcursión" que justifica este post. Para quien viaje en familia, en las afueras de Alcalá de Henares, dirección Guadalajara, el Centro Comercial La Dehesa, ofrece muchas alternativas de ocio gastronómico tal vez más convencionales pero igualmente recomendables (quien firma estas líneas tiene debilidad, en sus viajes por carretera hacia Madrid, por hacer coincidir la hora del almuerzo con su paso por Buffalo Grill, el célebre restaurante americano que se ubica en dicho parque comercial no lejos del cual se sitúa también el AC Hotel Alcalá de Henares, ideal para el descanso tras la visita a tan atractiva ciudad). Desde Alcalá de Henares, los amantes del turismo cultural tienen cerca citas obligadas como Guadalajara o, algo más allá, Sigüenza, dos enclaves con amplia oferta turística y notables recursos patrimoniales que, seguro, justifican la planificación de una ruta con la antigua Complutum como eje.