TOTO ORBE IN PACE COMPOSITO



[Epifanía del sarcófago tardorromano de Castiliscar, Zaragoza, en las Cinco Villas de Aragón]
[Pon música a esta felicitación pinchando aquí -uno de los mejores álbumes de Navidad de todos los tiempos-, aquí -el más hermoso villancico de la historia-, y aquí, para no perder la tradición anual]

Ab urbe Roma condita, anno septigentesimo quinquagesimo secundo; anno Imperii Octauiani Augusti quadragesimo secundo, toto Orbe in pace composito, sexta mundi aetate, Jesus Christus (...) in Betlehem Judae nascitur ex Maria Virgine factus Homo. Reconozco que -como historiador- este texto del pregón Pascual de la Misa de Nochebuena (verlo completo aquí) es, sencillamente, conmovedor. "En el año 752 de la fundación de Roma; en el año 42 del mandato de Octavio Augusto, estando todo el mundo en paz, en la sexta edad del mundo, Jesucristo nació hecho Hombre, de la Virgen María, en Belén de Judá" (ver traducción completa del pregón aquí). Y es que, como resulta oportuno recordar en este blog de tan clara vocación histórica, en Navidad celebramos un acontecimiento histórico y los creyentes, además -y todos, en cierto modo, pues nuestro espíritu se muda en estas fechas- lo hacemos, además, no con el sentimentalismo o la nostalgia de quien quiere -sencillamente- recordar el pasado sino que, para los que somos católicos, la Navidad es la actualización de un Misterio real: que Dios se hace Hombre y sigue vivo, con nosotros. Y eso, la Encarnación del Verbo, es lo que da sentido, de verdad, a estas fechas por más que en ocasiones se quieran presentar como unas simples "fiestas" o como una  hermosa excusa para transmitir los "mejores deseos" para el año nuevo. Es Navidad y, por eso, todo el mundo vive, realmente -o trata de hacerlo- in pace composito, "en paz" y -como reza la letra de uno de los cánticos vinculados en el pie de la imagen que preside este post- la alegría inunda el mundo...

Para el autor de este blog, 2012 ha resultado, desde luego, un año inolvidable en cuya recta final, además, hemos vuelto a tomar el pulso a este -a veces moribundo- Oppida Imperii Romani. Pero, incluso en los años en que este espacio ha gozado de menos salud -por ejemplo el pasado 2011 (ver aquí)- no ha faltado la felicitación navideña a todos y cada uno, a tí, querido lector. Y siempre, además, la hemos acompañado de un deseo. No va a ser diferente este año. Vivimos, desde luego, tiempos difíciles y duros; en varias zonas del mundo no se cumple ese principio del totus Orbis in pace compositus y guerras, atentados, muertes y atropellos llenan cada día las pantallas de los informativos o las primeras páginas de los periódicos. Pero, quien más quien menos, todos sabemos que hay ambientes, espacios, en los que cada uno puede poner de su parte para que -en estos próximos días y durante todo el próximo (¡y seguro que venturoso!) 2013- a nuestro alrededor cundan la paz y la alegría: sabiendo escuchar, tendiendo la mano al que está solo, dedicando tiempo a los problemas de los demás, disfrutando -y disculpando- en familia, con los colegas de trabajo, con los amigos, siendo más humildes y menos orgullosos... Pero, no sólo desde la noche del día 24 de Diciembre sino desde ya, y para siempre. ¿Acaso no sería hermoso que todos hiciéramos lo posible por guardar ese espíritu de la Navidad, ése que "comes only once a year" -que "viene sólo una vez al año", como decía el clásico de The Beach Boys- durante todos los días de nuestra vida?...

Ojalá lo consigamos, ojalá lo consigas. Vale la pena pues es en repartir esa alegría entre los demás donde cada uno, encuentra, además, su propia -y honda- alegría. ¡Feliz Navidad pórtico, sin duda -y depende de tí- de un 2013 lleno de paz, alegría y éxito para tí y tu gente! Aquí nos encontraremos, ¡seguro!...


CASTEJÓN DE VALDEJASA (Zaragoza)



[Pincha aquí para ver, en un vídeo, parte del contenido de la exposición cuya imagen preside este post: el vídeo fue filmado cuando ésta recaló en Biota, en Diciembre de 2011, y aquí para obtener más información sobre horarios y condiciones de la visita a la exposición durante este mes de Diciembre en Castejón de Valdejasa, muy cerca de Zaragoza]

Tampoco ésta es una entrada al uso de las que componen Oppida Imperii Romani pero, nuevamente, y en la línea de los últimos posts de este blog, la ocasión justifica esta nueva excepción. Efectivamente, desde el pasado día 4 de Diciembre y hasta el día 31 de este mismo mes la exposición "Los Bañales, una ciudad romana en las Cinco Villas", que en su andadura durante el año 2010 visitó Uncastillo, Tudela, Biota, Layana, Ejea de los Caballeros y Pinsoro y que en la correspondiente a 2011 -edición a la que corresponde el actual estado de la muestra- recaló en Sádaba, Uncastillo, Biota, Tudela, Huesca y Zaragoza, podrá verse en la localidad cincovillesa de Castejón de Valdejasa, a menos de cuarenta kilómetros de Zaragoza y muy cerca, también, de Huesca. La ocasión es, pues única, no sólo para conocer qué materiales ha dado la excavación más citada en este blog, la de la ciudad romana de Los Bañales, sino, también, para, cuando menos, y aprovechando la oportunidad que esta muestra supone, seguir alguna de estas tres recomendaciones que se dejan aquí en vísperas de las fiestas navideñas en las que, todos, seguro, tendremos más tiempo para cultivar nuestras aficiones culturales:

1.- Visitar Castejón de Valdejasa, un pequeño pueblo -poco más de 250 almas- cargado de historia y, desde luego, también, de historia romana, privilegio éste que comparte con el de la amabilidad de sus gentes y con la fortuna de contar con un Ayuntamiento y una asociación cultural (Castrum Valdejasa) ciertamente dinámicas. Punto de paso de la vía romana que desde Caesar Augusta (Zaragoza), y cruzando el Alto de San Esteban, se dirigía hacia el Pirineo cruzando la Comarca de las Cinco Villas, el visitante no debe perderse, en Castejón, dos cosas: un tramo de esa calzada romana -prácticamente el único que puede verse en el territorio comarcal donde la huella de ésta está muy perdida- en el Alto de San Esteban (es necesario coronar el alto y seguir, durante unos metros, la indicación "Vértice Esteban", en un camino junto a la carretera -a la derecha en sentido Zaragoza, a la izquierda en sentido Castejón- hasta que, debidamente vallada y señalizada, se localiza parte de dicha vía) y, por supuesto -aunque no sea una recomendación arqueológica, ¿o sí?; en definitiva está muy en la línea del espíritu de este blog- el delicioso conejo escabechado que, desde hace más de sesenta años, se sirve en el Restaurante Carlos, en el centro de la localidad (insuperable y digno de ser probado, desde luego).
2.- Detenerse -especialmente si el lector no lo ha hecho desde la última campaña de excavaciones y, desde luego, de modo inexcusable si no los ha visitado desde hace años- en la ciudad romana de Los Bañales (acceso desde Layana, en la carretera Sádaba-Uncastillo). Hay muchas novedades pero, desde luego, la más reseñable -y a la vez la más espectacular- es la puesta en valor del espacio doméstico-artesanal y de los conjuntos epigráficos del foro de la ciudad romana, que no habría sido posible sin la colaboración de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón y sin el magistral concurso de los canteros de la, tristemente ya clausurada, Escuela Taller de Empleo -especializada en cantería- del Gobierno de Aragón en Sádaba (pincha aquí para, en un breve vídeo, ver de qué modo han hecho esas réplicas: impecable: pronto conocerás todo el proceso gracias a la televisión educativa de la UNED). Y no olvides que antes de tu viaje puedes adquirir bibliografía sobre el yacimiento -y colaborar con el proyecto de la Fundación Uncastillo- en la taberna de Los Bañales y, también, comprar souvenirs sobre el lugar, ideales para regalar en estas próximas fechas navideñas. ¡Ah!, y para no perder las recomendaciones gastronómicas, si pasas por Sádaba, no dejes de parar en el Bar El Gallo, junto al río Riguel, seguramente no has probado un pincho de tortilla de patata igual nunca (ya lo ponderábamos así hace algunos años en el primer post que dedicamos a este mágico lugar en este espacio: pincha aquí). (Y, por cierto, si has visto recientemente Los Bañales, no dejes de acercarte a Biota, muy cerquita del yacimiento, donde en estos últimos días se ha encontrado, en las obras de reforma de una de sus plazas, una espectacular iglesia románica, sí, sí, lo que lees: pincha aquí).
3.- Callejear por Sofuentes, una localidad de las Altas Cinco Villas ciertamente poco conocida pero que, como comentábamos en un par de anteriores posts de este blog (pincha aquí) posee uno de los repertorios epigráficos latinos con más encanto -además de más numerosos- del Aragón Romano y, prácticamente, del Norte Peninsular (si, de paso a Sofuentes, te detienes en el sarcófago tardorromano de Castiliscar, la visita ya será redonda: se encuentra en la Iglesia Parroquial de la localidad: para solicitar visita puedes ponerte en contacto con la Parroquia de Sádaba cuyo servicial párroco te atenderá). 

En fin, ahí tienes una sugerencia de plan cultural para estas Navidades. Si estás cerca de Aragón no tienes excusa, puedes visitar Sofuentes y Los Bañales (o Biota) por la mañana, comer en Castejón de Valdejasa y, acto seguido, visitar esa muestra que te transportará a cómo era la vida cotidiana en una ciudad hace más de 2.000 años... ¡Te encantará!



SOFUENTES (Zaragoza) (y II)





[Vídeo del programa "Conecta con la Provincia", de ZTV, dedicado a Sofuentes, Zaragoza, y emitido el 28 de Noviembre de 2012, con atención al Cabezo Ladrero, a partir del minuto 8:31]

Apenas la ciudad romana de Los Bañales -a la que quien escribe este blog dedica sus desvelos como investigador desde hace algunos años- merece el privilegio de contar con varios posts en Oppida Imperii Romani (pincha aquí). Ahora, ya no es la única. De igual modo que en los últimos meses estamos incorporando a este espacio excepciones a nivel de contenidos (recomendaciones de vídeos, de otros blogs, de publicaciones, homenajes...) hoy queremos que otro enclave al que ya se aludía en un viejo -antiquísimo- post del primer año de andadura de este blog merezca una segunda entrada escrita, además, con ánimo de actualizar aquélla y motivada, además, por el vídeo que encabeza esta columna y que es el verdadero actualizador. Nos referimos al Cabezo Ladrero de Sofuentes, localización que esconde los restos de una antigua ciudad romana a las afueras de lo que es hoy una recoleta, hospitalaria y gratísima localidad del Norte de la aragonesa Comarca de las Cinco Villas.

Un poco de "historia" está, en este caso, justificado. El anterior post dedicado a Sofuentes -que ofrece información básica sobre el lugar en el que aquí no vamos a abundar: gran parte de lo dicho en ese post se mantiene válido todavía hoy y para las novedades ya anotamos bibliografía más abajo- se compuso en el frío mes de Diciembre del año 2008, en el marco de la, entonces, I Campaña de Prospecciones Arqueológicas en torno a Los Bañales que, un día, en la fiesta de la Inmaculada de aquél año, se detuvo en el Cabezo Ladrero para tratar de localizar dos inscripciones funerarias que se daban por perdidas casi desde la publicación de la Epigrafía romana de Zaragoza y su provincia (Zaragoza, 1977): el epitafio de Flaua Flaui f(ilia) (ERZ, 37) y el dintel de la tumba de Proculus, erigida por su hermano Altus (ERZ, 36). La incursión epigráfica en tierras Sofuentinas acabó, en aquella ocasión, con hallazgo y ello motivó una -pretendida desde años antes- revisión del catálogo epigráfico de esta localidad -uno de los más generosos del Norte peninsular- que ha visto recientemente la luz en JORDÁN, Á. A., ANDREU, J., y BIENES, J. J.: "Epigrafía romana de Sofuentes (Zaragoza)", Epigraphica, 72, 2010, pp. 191-246 (los datos del catálogo, al menos, pueden seguirse ya en las fichas de Hispania Epigraphica OnLine) y que ha supuesto la primera revisión global, con novedades e inéditos, de ese repertorio. Pero, además, aquella jornada de redescubrimientos, con la compañía de Ángel A. Jordán, inseparable colega en correrías epigráficas, subrayó en ambos el convencimiento del potencial que las ciudades romanas de la Comarca de las Cinco Villas -la que hubo en Ejea de los Caballeros, el propio Cabezo Ladrero de Sofuentes, la que ocupó el solar de Fillera, en Sos del Rey Católico (pincha aquí para algunas interesantes novedades respecto de la bibliografía citada en el post de nuestro blog) y, por supuesto, Los Bañales de Uncastillo- tendrían si se estudiasen juntas, de manera coordinada. Algo se ha avanzado en ello gracias al empuje del equipo de Los Bañales -que ha publicado un buen número de trabajos también sobre Cabezo Ladrero y Fillera, como más arriba se ha dicho- y, también, a la iniciativa que entonces coordinaba ADEFO Cinco Villas para la investigación sobre la huella de la red viaria en la Comarca (ver aquí, un par de vídeos grabados, precisamente, en Sofuentes, en el marco de la presentación -en Junio de 2009- de la publicación a que dio lugar esa investigación: MORENO, I.: Item a Caesarea Augusta Beneharno. La carretera romana de Zaragoza al Bearn, Ejea, 2009).

Mucho ha cambiado desde entonces, y a mejor. El proyecto de la Fundación Uncastillo en Los Bañales es un proyecto consolidado que, en su desarrollo científico y patrimonial, ha extendido su labor también a otros puntos de interés arqueológico del territorio no con afán colonizador sino con dos objetivos: el científico (conocer mejor la huella romana en toda la zona) y el patrimonial (poner en valor y explotar como motor de desarrollo el riquísimo e inaudito patrimonio arqueológico romano cincovillés). Varios consistorios de la zona -Sádaba, Layana, Biota, y también, recientemente, Sofuentes...- ya han aprobado la constitución de un consorcio de entidades locales para promover el patrimonio romano de la Comarca. El vídeo que justifica esta segunda entrada sobre Sofuentes en este blog -y que sustituye a cualquier texto que queramos añadir sobre el lugar: el trabajo que ha hecho la periodista Lara Bernal es sensacional- da muestra de ello y subraya, una vez más, cuánto nos queda por descubrir sobre la intensa -y cada vez más viva- huella romana del territorio cincovillés (más sobre Sofuentes, y muy recomendable, y también sobre su pasado romano en el blog de José R. Gaspar, siempre inexcusable al hablar de estas tierras).

LA CARIDAD (Caminreal)



[Interior de una vivienda celtibérica recreada en el CICAR de Caminreal y panorámica de la parte central de la excavación de "La Caridad" con canal hidráulico en primer término]

Situación: Pocas regiones respecto de la Antigüedad Peninsular atesoran la riqueza histórica y política que puede atribuirse al valle del Ebro (véase BELTRÁN LLORIS, F.: "Caesar Augusta, ciudad de Augusto", CAESARAVGVSTA, 69, 1992, pp. 31-44, por ejemplo: pincha aquí). En su solar se fundaron, con topónimos que remiten a los nombres de los propios fundadores -muchos de ellos prohombres de la República Romana- ciudades como Gracchurris (Alfaro, Logroño), en el 179 a. C., Pompelo (Pamplona, Navarra), en el 74 a. C., Lepida Celsa (Velilla de Ebro, Zaragoza), en el 36 a. C., y la propia Caesar Augusta (Zaragoza), en el 15 a. C., topónimos todos que, como se ha dicho, remiten a Tiberio Sempronio Graco, a Cneo Pompeyo Magno, a Marco Emilio Lépido o al propio Octaviano Augusto. Una concentración tan inusitada de ciudades "propaganda" no se conoce, prácticamente, en otro lugar del Imperio Romano. Es por eso que un yacimiento como el que se ubica en La Caridad de Caminreal (excepción hecha de la referencia que hicimos en su día a La Iglesuela del Cid respecto de Lesera, prácticamente la primera parada de este blog en la provincia de Teruel) debe ser puesto, siempre, en el contexto tan singular que mereció la ocupación romana del Valle del Ebro no sólo en el periodo de las campañas de Catón hacia el 195 a. C. sino de modo especial durante las guerras celtibéricas, antes (nótese el histórico episodio de Segeda, por ejemplo, en el 154 a. C.) y, especialmente, también después de Numancia, después del año 133 a. C., ámbito cronológico éste en el que parece debe situarse la fundación -así, con ese término, "fundación", se presenta en el recomendabilísimo Centro de Interpretación de la Cultura Romana en Caminreal- de La Caridad, una ciudad de corta vida -parece que desaparecería, destruida, a mediados del siglo I a. C., sin que esté claro el destino ulterior de sus pobladores- ubicada en la Comarca del Jiloca, no muy lejos del agradable pueblo de Calamocha y en el término municipal de Caminreal, apenas a una hora escasa de Zaragoza y muy próximo a algunos atractivos arqueológicos que -por si el enclave y el muy meritorio centro de interpretación no son suficientes motivos para visitarla per se- hacen la visita totalmente inexcusable (el autor de este blog aun se pregunta cómo tras veinticinco años ininterrumpidos de trabajo en el lugar no había tenido, todavía, la oportunidad de visitarla...: imperdonable por nuestra parte, desde luego...).
Acceso: Para llegar a las ruinas de la ciudad romana de La Caridad es necesario, desde la denominada Autovía Mudéjar que conecta Zaragoza con Teruel, tomar la salida "Caminreal" y atravesar todo el pueblo hasta que, al final del mismo -de hecho cuando se ha salido de él: siempre en línea recta-, al frente, aparece un cartel que indica la presencia -a la izquierda- de las ruinas (normalmente cerradas salvo visita concertada) y, a la derecha, siguiendo por una estrecha carretera, la del CICAR, el Centro de Interpretación que, desde 2008, complementa -¡y de qué modo!: ¡un auténtico ejemplo!- la visita a la ciudad romana. Lo más recomendable, desde luego, es dirigirse en primer lugar al propio CICAR (toda la información sobre horarios de visitas aquí o en el perfil en Facebook del CICAR, el Centro de Interpretación de la Cultura Romana ubicado en el interior de una de las antiguas estaciones de ferrocarril de Caminreal: pincha aquí aunque ya se vinculó más arriba) si bien -y como suele suceder en yacimientos que colocan al frente de la gestión de los mismos a gente entusiasta, con grandes dotes de comunicación y con un gran compromiso con el desarrollo del patrimonio, cualidades todas que adornan a los profesionales de Acrótera Gestión del Patrimonio- lo más útil -inexcusable, diría yo- es concertar una visita guiada previa -cuestan 3 € por persona- que incluya el recorrido, guiado, por el propio Centro de Interpretación y, después, la visita a las ruinas (para más información sobre visitas pedagógicas, etcétera, pincha aquí). Una de las ventajas, desde luego, del yacimiento que aquí nos ocupa es su situación -que tampoco debió ser cuestión baladí en la elección del lugar como enclave para la instalación de la ciuitas- pues las ruinas de La Caridad de Caminreal están a apenas 115 kilómetros de Zaragoza, a 68 kilómetros de Teruel y a tan sólo 204 de Valencia convirtiéndose, la propia Comarca del Jiloca, en una buena base desde la que adentrarse en gran parte de los atractivos arqueológicos aragoneses y, en particular, en las huellas dejadas por la cultura ibérica y, principalmente, celtibérica (véase la página de Territorio Iberkeltia, modélica, para más información en este sentido: descarga desde aquí una pequeña ficha, con información básica, sobre el yacimiento, incluida en dicho portal).
Tipología: Lamentablemente -¡y lo que esto nos condiciona siempre!- se desconoce el nombre antiguo de la ciudad pese a las erradas propuestas que han pretendido identificarla con Osicerda, con Leonica o con Orosis (véase BELTRÁN LLORIS, F.: "Sobre la localización de Damania, Leonica, Osicerda y Orosis", Palaeohispanica, 4, 2004, pp. 67-88 con toda la bibliografía sobre esas propuestas y con la razonada crítica de las mismas). Ahora bien, al margen de ese problema, visitando un enclave como éste -y, sobre todo, atendiendo a lo que sobre él se dice en su modélico Centro de Interpretación y sobre lo que, respecto de su historia, puede intuirse en los mapas, excelentes, que en él se exponen- el investigador debe plantearse una duda: ¿cómo funcionó administrativamente un enclave de "fundación" romana con población indígena?, ¿qué estatuto jurídico tuvo esta comunidad?, ¿en ella habitaban sólo indígenas -a los que pertenecerían determinados tipos de viviendas de carácter tripartito al más puro estilo de la tradición de la Edad del Hierro II- o también itálicos y romanos?, ¿cómo se articulaba la vida y las relaciones entre ambos?, ¿pudo tratarse de una fundación romana sin ningún estatuto jurídico, sin ser colonia, ni municipio, simplemente eso, una fundación...?, ¿es eso posible en el ordenamiento jurídico romano? En fin, son cuestiones que, me consta, se están trabajando últimamente y en las que yo no entraré pues investigadores bien preparados estoy seguro que las resolverán pronto cambiando, tal vez, el panorama que hoy tenemos respecto de lo acaecido en el Valle del Ebro entre los episodios de la caída de Numancia y la guerra de Sertorio, entre el 133 y la década de los setenta del siglo I a. C. en la que, en el contexto de las guerras civiles, la ciudad de La Caridad parece que fue destruida (respecto de estos planteamientos, debe leerse, con atención, y como anticipo, el trabajo de GARCÍA FERNÁNDEZ, E.: "Reflexiones sobre la latinización de Hispania en época republicana", en ANDREU, J., CABRERO, J., y RODÀ, I. (eds.): Hispaniae. Las provincias hispanas en el mundo romano, Tarragona, 2009, pp. 377-390 -este libro, fundamental para el estudio de la Hispania romana, está ya disponible online aquí- y, además, se recomienda, para nuevas y futuras aportaciones, seguir la pista de los trabajos del investigador David Espinosa, de la Universidad Complutense de Madrid asiduo lector, además, de este blog. Para, con toda la bibliografía, contextualizar esa labor de reorganización que, el Senado de Roma, llevó a cabo respecto de Hispania y, en particular, del Nordeste, a partir del 133 a. C., véase RODÀ, I.: "Hispania en las provincias occidentales del Imperio entre la República y el Alto Imperio: una perspectiva arqueológica", en ANDREU, J., CABRERO, J., y RODÀ, I. (eds.): Hispaniae. Las provincias hispanas en el mundo romano, Tarragona, 2009, pp. 193-222, también inexcusable).
Descripción: Una vez que, tras la visita al Centro de Interpretación, el visitante, siguiendo las oportunas indicaciones, se dirige a la llanura en la que, entre campos de cultivo y debidamente protegido, se encuentra el yacimiento arqueológico -apenas una pequeña porción de las casi más de doce hectáreas que se supone que ocuparía- lo primero que de él llama la atención es la estructura metálica que, a modo de andamio, se ha instalado para garantizar la cubierta y protección -especialmente en los meses de verano, los únicos en que, si hay campaña de excavación (en 2012 se paralizaron por la crisis económica y la falta de compromiso institucional)- de la auténtica joya arqueológica del yacimiento, el mosaico en opus signinum de Likine, que adornaba una de las estancias de la denominada, por aquél, "Casa de Likine", una extraordinaria mansión de carácter itálico que destaca en el panorama de lo conservado en el yacimiento (para una función singular, como sede de una asociación comercial, para este recinto véase BELTRÁN LLORIS, F.: "¿Firmas de artesano o sedes de asociaciones comerciales? A propósito de los epígrafes musivos de Caminreal (E.7.1), Andelo (K.28.1) y El Burgo de Ebro (HEp11, 2001, 621=AE 2001, 1237)", en A Greek Man in the Iberian Street. Papers in Linguistics and Epigraphy in Honour of Javier de Hoz, Insbruck, 2011, pp. 140-147: pincha aquí para acceder al texto completo) y que constituye, en sí misma, una prueba clarísima, como gran parte de la cultura material recuperada en el yacimiento, de los excelentes contactos exteriores de la población que habitó esta ciudad (una réplica del mosaico puede verse en el CICAR y existen abundantes imágenes en la red: pincha aquí; para un estudio sobre el mismo y su contexto arqueológico de hallazgo véase VICENTE, J., et alii: "El mosaico romano con inscripción ibérica de La Caridad (Caminreal, Teruel)", Xiloca, 3, 1989, pp. 9-27, publicación subsiguiente al hallazgo que dio inicio a las campañas de excavación, disponible aquí). Tras el espacio ocupado por esa gran vivienda, el visitante puede contemplar un murete de toba calcárea -la piedra con la que, con recrecimientos de tapial, debió edificarse toda la ciudad- que pudo formar parte de una de las defensas del lugar que, según se constató en las excavaciones gracias a modificaciones del trazado ferroviario que pasa a sus pies, contaba también con un notable foso defensivo. Junto a ese espacio se adivina una manzana de tabernae de carácter comercial abierta a una de las calles conservadas cortada, además, en perpendicular por un original canal de abastecimiento de agua que se cuenta entre lo más singular del yacimiento. De todos modos con ser atractivo lo que el visitante puede hoy ver en el yacimiento más lo es, sin duda, el elenco de materiales -incluida una catapulta de asedio romana (sobre armas en época romana y técnicas de asedio, no debes perderte esta página: pincha aquí)- que se han hallado en el yacimiento fruto del incendio que lo destruyó (pese a que el autor de este blog está absolutamente apasionado por Los Bañales es cierto que cuando disfrutas con la investigación arqueológica nunca dejas de admirarte de la riqueza -en el caso de La Caridad, en términos de cultura material- que aportan muchos otros yacimientos con los que, desde luego, tanto se aprende). En cualquier caso, si alguien quiere hacerse cargo de la importancia histórica y arqueológica de este enclave puede leer, en red (pincha aquí), el trabajo de BELTRÁN LLORIS, F.: "Modelos romanos y reelaboración indígena en la Hispania Citerior de los siglos II-I A. E.: la ciudad celtibérica de Caminreal (Teruel)", en MIGLIARIO, E., TROIANI, L., y ZECCHINI, G. (eds.): Società indigene e cultura greco-romana, Roma, 2010, pp. 237-260, fundamental y especialmente para el contexto histórico del origen y de la desaparición de este centro, cuestiones a las que aludimos más arriba y que no deben obviarse al visitar este lugar.
Bibliografía: Tantos años de ejemplar trabajo desde el Museo de Teruel y, especialmente, gracias al equipo constituido en torno a Jaime Vicente y a Beatriz Ezquerra, dan, desde luego, para una abundante y variada bibliografía (puede verse una selección en ASENSIO, J. A.: La ciudad en el mundo prerromano en Aragón, Zaragoza, 1995, pp. 207-215 -un libro de referencia, pincha aquí- que recoge, además, toda la problemática sobre el lugar) sobre un yacimiento tan singular pues, prácticamente como "fósil director" aporta una panorámica perfecta sobre las ciudades romanas de época republicana en el Valle del Ebro (una síntesis válida puede verse en VICENTE, J.: "La Caridad (Caminreal, Teruel)", en JIMENO, A. (ed.): Celtíberos, tras la estela de Numancia, Soria, 2005, pp. 205-212). Recomendamos al lector que, en cualquier caso, complete esta lista con la citada en algunos de los trabajos a que se aludió más arriba además de con esas mismas publicaciones.
Recursos en internet: Gestionada su investigación, desde hace más de veinticinco años, por el Museo de Teruel, es el espacio que la web del citado centro dedica a La Caridad (pincha aquí) uno de los mejor documentados y fiables que sobre el yacimiento pueden localizarse en la red junto con el que, con vídeo incluido, se puede obtener en la Xilocapedia, la wiki enciclopédica del Valle del Jiloca (pincha aquí: algo se añade sobre la historia del yacimiento en la voz "Caminreal" de la Wikipedia), y con la voz "La Caridad" de la Gran Enciclopedia Aragonesa OnLine. Ese mismo contenido, con alguna información complementaria, se replica en la web sobre Aragón que ofrece Caja Inmaculada. Por otra parte, el atractivo que, en la red, ha despertado siempre el mundo celtibérico motiva que La Caridad cuente con un post específico en la página Celtiberia Histórica, muy recomendable. De vuelta por tierras de Aragón -tan presentes en este blog pero sobre las que hacía varios posts que no nos deteníamos- casi resultará osado volver a recomendar la Web del Patrimonio Romano de Aragón, de Roberto Lérida, que, aunque no se detiene en el yacimiento de La Caridad sí lo hace en dos atractivos puentes romanos del entorno (pincha aquí) así como su paralelo Blog del Aragón Romano que, a través de la etiqueta "La Caridad" permite repasar la historia más reciente de la investigación y de las excavaciones en el lugar (ver aquí). Materiales muy sugerentes ofrece también el Blog "Ciudad La Caridad Caminreal" gestionado por la Escuela Taller de Empleo del Centro de Estudios del Jiloca (no perderse la lista de rutas turísticas que se ofrecen en un espacio de esta web, que incluye la posibilidad de descargar varias folletos: pincha aquí).Como venimos haciendo últimamente, para quien no pueda acercarse a visitar "La Caridad" pero quiera, al menos, saber qué puede ver en el yacimiento y en su Centro de Interpretación y, para todos, puede resultar útil este vídeo monográfico sobre el CICAR (pincha aquí) o éste que, producido por Pyrene, se grabó en 2008 por parte del Gobierno de Aragón (pincha aquí), ambos en YouTube.
Recomendaciones: Ya se anotaron más arriba algunas posibilidades de excursión arqueológica complementaria para quienes deseen hacer de la visita a La Caridad pórtico o epílogo de una ruta arqueológica más completa que, en cualquier caso, deberá detenerse, desde luego, por su proximidad, en Teruel -el Museo Provincial de Teruel guarda parte del material recuperado en La Caridad aunque los audiovisuales y la exposición instalada en el CICAR ofrecen material gráfico suficiente sobre ellos- y en el recientemente inaugurado Centro de Interpretación del Acueducto Romano de Albarracín-Cella, una extraordinaria e impactante obra hidráulica que, en cualquier caso, apenas conozco a partir de la bibliografía (ver aquí algunos estudios, previo registro online). Por sistematizar algunas de ellas, en este caso desde la óptica del viajero que parte desde Zaragoza, viajar hasta La Caridad de Caminreal permite detenerse, por este orden, en la presa romana de Muel (fundamental, sobre ella, acceder al estudio de URIBE, P., et alii: "La presa romana de Muel (Zaragoza): novedades de hidráulica romana en el Valle del Ebro", en LAGÓSTENA, L., CAÑIZAR, J. L., y PONS, L. (eds.): Aquam perducendam curauit. Captación, uso y administración del agua en las ciudades de la Bética y el Occidente Romano, Cádiz, 2010, pp. 333-347 con las últimas novedades sobre sus posibles constructores, y a la recreación y estudio con scanner 3D que se presenta en la Web del Patrimonio Hidráulico Romano en Aragón), en las históricas y evocadoras ruinas de la antigua ciudad de Contrebia Belaisca, en el Cabezo de las Minas de Botorrita (la crisis ha vuelto a golpear con dureza, y a paralizar, una excavación retomada con ilusión y profesionalidad en los últimos años: ver aquí) y, ya desde La Caridad, el viajero puede dirigirse también al Cabezo de Alcalá de Azaila, histórico emplazamiento de la Arqueología Aragonesa por citar, insistimos, sólo algunas de las posibilidades (si el viajero quiere profundizar, a partir de allí, en la excelentemente bien gestionada huella del mundo ibérico en la zona del Bajo Aragón turolense debe leer las sugerencias que, en otro post de este blog, se hicieron a propósito de El Palao de Alcañiz o, si lo que le interesa es el mundo romano, las que dejamos a propósito de Lesera (Forcall)). Como en ambos espacios se ofrecían algunas recomendaciones relativas a alojamientos, nos detendremos aquí, sencillamente, en dos recomendaciones de carácter gastronómico que, desde luego, no deben faltar nunca en este blog -¿acaso la cocina no es también cultura reflejando, además, a veces, ecos históricos de carácter milenario?- y que harán, seguro, las delicias de quien apenas conozca la cocina aragonesa: el Restaurante Fidalgo, en Calamocha -imposible dejar Calamocha sin probar el afamado Jamón de Teruel que, en este pueblo, además, es especialmente delicioso y reputado- permite, por apenas 12 €, incluso en fin de semana, degustar en el menú del día algunos platos típicos de los fogones de Aragón (quizás algo más de limpieza en el loca, transitadísimo, no vendría mal) y, por su parte, en Muel, la Fonda Rubio, a pie de la antigua carretera a Zaragoza permite -cierto que el precio es menos asequible que el indicado anteriormente para el restaurante Calamochino- también un sabrosísimo "paseo" por la cocina aragonesa (en especial, las costillitas de cordero a la brasa se preparan de maravilla al igual que las migas...). Viajar a La Caridad de Caminreal y reponer fuerzas en alguno de estos dos lugares es, desde luego, una buena propuesta para una mañana de arqueoturismo.

SPARGE PRECOR FLORES... VIATOR




[Géza Alföldy, 1935-2011]
[Foto: © Carme Badía, Institut Català d'Arqueologia Clàssica]

Ya estamos en Noviembre, el mes que -en la tradición cristiana- se consagra a rememorar a los difuntos, a rezar por ellos y a tenerles, si cabe, diariamente, más presentes. En realidad, se trata de la hermosa cristianización -por otra parte lógica- de unas festividades que, en el calendario romano, tenían un cierto arraigo y una notable frecuencia que trascendía una fecha concreta, los llamados feralia, término bajo el que se englobaban los actos de llevar rosas, alimentos, ofrendas de todo tipo a las tumbas en honor de los Dii Manes, los "dioses Manes" protectores de los difuntos, sus espíritus, en realidad, algo que, de hecho, a veces dejaban previsto que se hiciera los propios difuntos anotándolo en sus mandas testamentarias y dejando constancia de ello, incluso, en los epitafios. En uno de ellos, por ejemplo, de Tarraco (RIT, 444) el difunto, el auriga Eutyches, pedía al caminante que esparciera flores sobre su busto (sparge precor flores supra mea busta, uiator: "te pido, caminante, que arrojes flores sobre mi busto") algo que, seguro, haremos muchos durante este mes sin olvidar que para los creyentes, desde luego, como reza el adagio agustiniano, las lágrimas se secan, las flores se marchitan y son las oraciones las que son realmente recogidas por Dios. Precisamente eso, spargere flores -lógicamente, en sentido figurado- quiero hacer yo en este post, a propósito de que hoy, precisamente, día 6 de Noviembre, se cumple un año del triste fallecimiento, en la acrópolis de Atenas y víctima de un paro cardiaco, del genial Géza Alföldy (Budapest 1935-Atenas 2011), seguramente el historiador de la Antigüedad más grande que haya conocido el último siglo y uno de los grandes maestros de nuestra disciplina. No le rendí homenaje en este blog en su día (sí recuerdo haber impartido, en Huesca, esa misma tarde, una conferencia que dediqué a su memoria) y hoy me gustaría aprovechar este espacio para recomendar a los lectores algunos trabajos suyos -elegidos de entre una vastísima e inabarcable al tiempo que admirable producción historiográfica- que, desde luego, me parece resultan imprescindibles para quien quiera conocer a fondo la Historia de Roma y, en particular, el modo cómo ésta se convirtió -como comentábamos en un post anterior no hace mucho (pincha aquí)- en una de las grandes civilizaciones epigráficas y deseen, además, enamorarse, de un particular modo de trabajar. La elección, además, para el título del post, de un fragmento texto epigráfico latino tarraconense -cuando la edición de un nuevo fascículo del Corpus Inscriptionum Latinarum, el "repertorio de inscripciones latinas", dedicado a las inscripciones de Tarraco, fue, precisamente, el último trabajo del Prof. Alföldy y éste estuvo, como él mismo reconocía (pincha aquí para acceder a su discurso cuando, en abril de 2009 fue investido doctor honoris causa por la Universitat Rovira i Virgili) tan vinculado a esta ciudad desde que publicó su Die römischen Inschriften von Tarraco, Berlín, 1975- es totalmente intencional. No tuve la fortuna de compartir mucho tiempo con él -si bien sí me impresionó que cuando me saludó por primera vez, en el verano de 2006, en Heidelberg, antes que por la marcha de mi trabajo, se interesó por si mi mujer y yo estábamos perfectamente bien instalados y a gusto en la ciudad del Neckar- pero es cierto que para muchos jóvenes investigadores como yo su labor científica ha resultado, y seguirá resultando, todo un referente...

Existen en la red muchos espacios que glosan la producción bibliográfica de este insigne sabio húngaro (se recomiendan especialmente las páginas del Seminar für Alte Geschichte und Epigraphik de la Universidad de Heidelberg, en la que profesó desde 1975 y cuya biblioteca de Historia Antigua y Epigrafía contribuyó a internacionalizar de un modo activísimo, y, en nuestro país, la que se le dedica en El anaquel de Spantamicus, de la Biblioteca Digital Cervantes Virtual ésta, además, con enlaces a versiones digitales de algunos de sus trabajos) y no han faltado los homenajes tanto por escrito (recomendabilísimo e insuperable, a nuestro juicio, es el de ABASCAL, J. M.: "Géza Alföldy (1935-2011)", Veleia, 28, 2011, pp. 319-328 que trabajó estrechamente con él en varios proyectos) como en actos académicos y coloquios (en este mes, precisamente, arrancará uno interesantísimo en Tarragona en el que tendremos la oportunidad -y el honor- de participar: pincha aquí para conocer el programa). Incluso la Serie 2 de la revista Espacio, Tiempo y Forma, del Departamento de Historia Antigua de la UNED dedicará su próximo número -el 25, ya en imprenta- a honrar la memoria de este investigador. Sin embargo, si, de verdad, el legado de un científico vive en su obra yo quisiera, en este honorífico post, recomendar cinco "básicos" -si se pueden llamar así- trabajos suyos que, a buen seguro -y privilegiando a aquéllos que, textualmente o en contenido, tienen su correspondiente traducción o adaptación al castellano-, harán las delicias de los enamorados de la Antigüedad Clásica que, ojalá, atesorarán este post como un espacio desde el que acceder a, como antes se dijo, una de las producciones más influyentes de la reciente historiografía sobre mundo antiguo.

[1] ALFÖLDY, G.: Nueva Historia social de Roma, Sevilla, 2012 (la primera edición fue en Weisbaden en 1984 pero el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla ha publicado hace apenas una semana ésta, sencillamente excelente, ampliada, revisada y actualizada por el propio autor poco antes de su fallecimiento: pincha aquí). Articulada en siete grandes bloques, la Römische Sozialgeschichte, ofrece una extraordinaria y documentadísima introducción a la evolución de la sociedad romana desde los tiempos monárquicos hasta la crisis del siglo III d. C. Desde que se publicó por Alianza Editorial, en España, a mediados de los ochenta (accede aquí a una versión en digital) ha sido libro un manual universitario fundamental para comprender el particular equilibrio que Roma fue capaz de hacer entre la centralización y la delegación de poderes en todos sus ordines sociales. Si, lector de este blog, eres estudiante de Historia y todavía no la has leído tienes ahora una oportunidad única, con el volumen editado por la Universidad de Sevilla, de acceder a ella...
[2] ALFÖLDY, G.: "La Historia Antigua y la investigación del fenómeno histórico", Gerión, 1, 1983, pp. 39-61 (accesible online desde aquí) es, desde luego, un trabajo imprescindible -aunque no muy conocido, es cierto- y uno de los más geniales de cuántos -desde una óptica metodológica- están accesibles en castellano con la firma del profesor de Heidelberg. ¿Es la Historia una disciplina científica?, es más, ¿lo es la Historia Antigua y lo son las Ciencias de la Antigüedad? ¿de qué modo debe trabajar el historiador de los tiempos antiguos? ¿cuáles son las barreras y limitaciones de su trabajo? ¿cuál es su auténtico objeto de estudio? son cuestiones que se presentan aquí citando, además, una bibliografía que es, toda ella, de referencia sobre el estatuto del historiador. Imprescindible...
[3] ALFÖLDY, G.: Römisches Städtewesen auf der neukastilischen Hochebene. Ein Testfall für die Romanisierung, Heidelberg, 1987. Un libro -para quienes nos hemos dedicado al poblamiento y la organización territorial de la Hispania romana- ciertamente inexcusable y modélico además de envidiable (existe una cierta adaptación en castellano, con sus principales conclusiones en ALFÖLDY, G.: "Aspectos de la vida urbana en las ciudades de la Meseta Sur", en GONZÁLEZ, J. (ed.): Ciudades Privilegiadas en el Occidente Romano, Sevilla, 1999, pp. 467-485 y parte de la metodología aplicada en él puede verse en su trabajo "Administración, urbanización, instituciones, vida pública y orden social", en ABASCAL, J. M., y ABAD, L. (eds.): Las ciudades y los campos de Alicante en época romana, Alicante, 2003, pp. 35-57, disponible aquí en red). Como el propio Géza Alföldy argumentaba en su trabajo de Gerión el historiador de la Antigüedad está tan limitado respecto del número de fuentes con que puede contar -y respecto de la información que éstas aportan- que no puede permitirse desechar ninguna, que ha de trabajar con todas. El recurso a la documentación epigráfica, por supuesto a los textos escritos por los autores antiguos pero, también, a las evidencias arqueológicas debidamente puestas en valor en su relación con los otros dos tipos de testimonios puede transformar completamente nuestro conocimiento sobre el poblamiento antiguo. Así lo hizo el Römisches Städtwessen... respecto de Castilla La Mancha y muchos, después, hemos seguido la estela del investigador húngaro en otros ámbitos aplicando un modelo de trabajo que a él -y a la Historia Antigua Peninsular-, desde luego, le otorgó numerosos frutos.
[4] ALFÖLDY, G.: "Augustus und die Inschriften: Tradition und Innovation. Die Geburt der imperialen Epigraphik, Gymnasium, 98, 1991, pp. 289-324. Para quien escribe estas líneas es, sin duda, uno de los mejores y más influyentes trabajos del Prof. Alföldy, un estudio sobre de qué modo Augusto contribuyó a difundir el "hábito epigráfico" (sobre él véase este vídeo: pincha aquí) y convertirlo en un fenómeno absolutamente cotidiano, en "cultura epigráfica", en la primera gran globalización de la Antigüedad Clásica. La lengua en que está escrito y la excasa difusión de la revista Heidelbergense Gymnasium en nuestro país pueden dificultar el acceso a su contenido al lector de este blog, sin embargo, parte de los ecos de ese planteamiento inspiraron, por ejemplo, el coloquio BELTRÁN LLORIS, F. (ed.): Roma y el nacimiento de la cultura epigráfica en Occidente, Zaragoza, 1995, del que no es difícil encontrar algunos de sus trabajos en la red (pincha aquí) y en el que el propio Alföldy participó.
[5] ALFÖLDY, G.: "Pietas immobilis erga principem und ihr Lohn: Öffentliche Ehrenmonumente von Senatoren in Rom während der Frühen und Hohen Kaiserzeit, en ALFÖLDY, G., y PANCIERA, S. (eds.): Inschriftliche Denkmäler als Medien der Selbstdarstellung in der römischen Welt, Stuttgart, 2001, pp. 11-46. Otro trabajo metodológicamente inexcusable del sabio húngaro que, además, introdujo y desarrolló un concepto -el de Selbstdarstellung: "auto-representación"- que nos ha ayudado a todos los epigrafistas a entender mejor la semiótica de los textos sobre soporte duro en sus contextos primarios, en los lugares en que estuvieron expuestas y dónde sólo en circunstancias especiales (en Los Bañales lo sabemos bien) suelen conservarse. Esta cuestión preocupó especialmente a Géza Alföldy en sus dos últimas décadas de trabajo y, sí, también puede seguirse la estela de la misma en algunos trabajos, e incluso en alguna sugerente entrevista, en castellano, fáciles de localizar. Como trabajo en castellano que recoge ese planteamiento puede verse "La cultura epigráfica de la Hispania romana: inscripciones, auto-representación y orden social", en Hispania. El legado de Roma, Zaragoza, 1998, pp 289-301 (un libro imprescindible, por cierto) pero, también, los vídeos, grabados en el Parque Arqueológico de Segobriga, en el otoño de 2004 (especialmente éste).

Lógicamente, estas cinco recomendaciones -más de carácter metodológico y disciplinar que epigráfico, como se ha podido comprobar- no agotan, ni mucho menos, todo lo que podría recomendarse leer de este insigne epigrafista. Quien -como el propio G. Alföldy dejó escrito en uno de los trabajos arriba citados- sienta que su corazón late más deprisa ante las inscripciones romanas y los restos arqueológicos antiguos (frase que aparece en el encabezamiento de presentación de Oppida Imperii Romani) no debería dejar de interesarse por el modo cómo esos documentos eran ordenados -primero-, descritos -después- y escudriñados -finalmente, pues ésa es la secuencia natural del trabajo de cualquier epigrafista- por este historiador. Epígrafes tan importantes como el que conmemoraba la construcción del anfiteatro Flavio por Tito (AE, 1995, 111a), como los complicadísimos del acueducto de Segovia (AE, 1997, 882, con vídeo explicativo aquí) y del arco de Medinaceli (AE, 2002, 796) o el apasionante Edicto augústeo de El Bierzo (AE, 2001, 1214) o como las últimas novedades epigráficas Segobrigenses (pincha aquí, por ejemplo) o el propio catálogo Tarraconense (pincha aquí para un extracto) podrían servir de ejemplos del genial modo que Géza Alföldy tuvo de trabajar con las inscripciones y de la capacidad inspiradora de todos sus trabajos. Requiescat in pace.



E-PIGRAPHIA


[Recreación infantil, a cargo de la joven dibujante Marta Guijarro -ver sus creaciones aquí- del recinto dedicado a la Victoria Augusta por M. Fabius Nouus y Porcia Fauentina descubierto recientemente en el foro de la ciudad romana Los Bañales, Uncastillo, Zaragoza]

Quien es asiduo de este blog sabe que los títulos de los posts son siempre términos o expresiones latinas (o, en un caso, hasta la fecha, griegas) que después guardan relación con lo que en el post se comenta o, en la mayoría de los casos, nombres de antiguas ciudades -oppida- del vasto Imperio Romano -de ahí el nombre del blog, oppida Imperii Romani- y, en particular, y muy especialmente, hispanas. El post de hoy es, desde luego, una excepción, una merecida excepción aunque, no descarto que, para seguir dando vida a este espacio, no sea la última. Si hace unos días rendíamos homenaje a la tensión intelectual -y a la emoción, casi a la pasión, a la manía, en el sentido griego del término: "locura"- que supone la dedicación a la Arqueología (pincha aquí) hoy quiero dedicar una entrada a, fundamentalmente, recomendar un blog -el que lleva por título E-Pigraphia, responsabilidad de un colega de la Universidad de Las Palmas de Gran Canariael Dr. Ramírez Sánchez- y a reivindicar el valor que los textos escritos sobre soporte duro tienen para nuestro conocimiento de las sociedades del pasado algo que, desde luego, ya sabe quien es asiduo lector de esta bitácora y quien se dedica al estudio -aunque sea a nivel aficionado- de la Antigüedad Clásica. Que el título de este post no sea un término latino -o no lo sea stricto sensu- ya advierte del primer acierto del blog que aquí deseo recomendar, un blog que, con el subtítulo de "Epigrafía en Internet", y gracias al buen hacer de su gestor es, desde luego, un espacio insustituible -junto con la página Current Epigraphy y al igualmente sensacional blog Épigraphie en réseau- para estar al día no sólo sobre las últimas tendencias de investigación en la "ciencia de las inscripciones" -como podríamos definirla con el genial Louis Robert- sino sobre la relación entre aquéllas, las inscripciones, y los nuevos soportes tecnológicos, una relación cada vez más madura como nosotros mismos tuvimos oportunidad de valorar en un capítulo de nuestro Fundamentos de Epigrafía Latina (Liceus Ediciones, Madrid, 2009) y que, desde luego, aun habrá de depararnos muchas sorpresas futuras (dos ejemplos: lo dinámico del grupo Archivum Epigraphicum Hispanicum/Archivo Epigráfico de Hispania en Facebook donde se ha creado una comunidad de trabajo entre epigrafistas y estudiantes ciertamente efervescente o los excelentes resultados que, gracias a un multidisciplinar equipo italiano y para la documentación del célebre monumentum Ancyranum que propagó las Res Gestae diui Augusti -el testamento político de Augusto- está ofreciendo la técnica fotogramétrica: pincha aquí). Por cierto, no olvide el lector de este blog que la lista de enlaces que se recomiendan a la derecha de la pantalla se va actualizando semanalmente muchas veces, además, con vuestras sugerencias y aportaciones...¡Gracias!

Conocí E-Pigraphia cuando, hace algo más de un año, el citado blog compartió un vídeo que, en Los Bañales, y con la colaboración del Canal UNED, elaboramos sobre el hábito epigráfico hispano y una de sus manifestaciones más singulares, las cupae (ver aquí). Ya entonces me pareció un espacio con muy buenas intenciones y, desde luego, en este tiempo he comprobado que es, prácticamente, el blog que a cualquier epigrafista -aunque, en realidad, yo creo que todos los profesionales de la Antigüedad somos historiadores, part-time arqueólogos, part-time filólogos, part-time epigrafistas y, siempre, humanistas- nos gustaría firmar. Noticias sobre eventos científicos, reseñas críticas e informativas sobre nuevas publicaciones, anotaciones sobre nuevos sites en internet relacionados con las escrituras antiguas sobre soporte permanente -que eso son las inscripciones y a su estudio se dedica la Epigrafía- lo convierten hoy, desde luego, en un blog extraordinario que no debe faltar en la lista de favoritos de los seguidores de este Oppida Imperii Romani. ¿Qué sería de nuestros conocimientos sobre el pasado de las sociedades históricas si no hubiéramos conservado su legado epigráfico?... Ahí queda la recomendación, estoy convencido que E-Pigraphia no te defraudará y que, además, te ayudará a enamorarte -aun más- del mundo clásico...

NOTA.- En las últimas semanas han visto la luz dos trabajos míos -de carácter docente y, por tanto, didáctico- fruto de mi dedicación docente como Profesor Titular del Departamento de Historia Antigua de la Universidad Nacional de Educación a Distancia- que contienen algunas reflexiones sobre la Epigrafía que, tal vez, guste conocer a los lectores de Oppida Imperii Romani, sean o no estudiantes -todos somos, en cierta medida, estudiosos- de la Historia de la Antigüedad y que vienen muy bien como colofón a lo dicho en este post: ANDREU, J.: "La Historia Antigua y otras Ciencias de la Antigüedad: Arqueología, Epigrafía y Numismática", en CASADO, B. (coord.): Tendencias Historiográficas Actuales. I, UNED, Madrid, 2012, pp. 229-325 (pincha aquí para tener más datos sobre el volumen) y, especialmente, ANDREU, J.: "La investigación sobre fuentes epigráficas: las inscripciones y su contribución a la Historia de la Antigüedad: la Epigrafía Latina", en PERÉX, Mª J. (coord.): Métodos y técnicas de investigación histórica I, UNED, Madrid, 2012, pp. 579-626 (aquí, más datos sobre el libro).


CORDVBA (Córdoba)



[Templo del foro provincial en la C/Claudio Marcelo, monumentos funerarios de la Avenida de América e inscripción CIL, II2/7, 311 de la C/Rey de Heredia. Pincha aquí para una galería completa de fotografías de los restos arqueológicos Cordubenses y descarga e imprime desde aquí un muy útil y válido plano turístico de la Corduba romana que ofrece bastantes más atractivos que los que aquí se tratan]

Situación: A orillas del río Guadalquivir, Córdoba es hoy -como lo fue en la Antigüedad, momento en que ocupaba un puesto importante en la vía Augusta entre Gades y Roma (no en vano aparece citada en uno de los pocos "souvenirs" romanos que conocemos, los llamados "Vasos de Vicarello": pincha aquí) y en la vía que, por Castulo, cruzaba Sierra Morena además de un enclave privilegiado a orillas del Baetis, el río Guadalquivir- una ciudad extraordinariamente bien comunicada, casi en la "puerta" de la Andalucía más monumental -Sevilla, Granada y Córdoba son una "trilogía" casi clásica para el turista que se acerca por primera vez a esta Comunidad Autónoma- y conservando, además, casi intacto, su gran legado histórico. Un legado que, en lo que al mundo romano respecta, se forjó básicamente (aunque no sólo: basta leer algunas de las publicaciones citadas más abajo o el elenco de fuentes y acontecimientos históricos que recogen PADILLA, A., y ROLDÁN, J. M.: "Corduba", en Diccionario Akal de la Antigüedad Hispana, Madrid, 2006, p. 308) por su condición de capital de la prouincia Vlterior en época republicana y por su estatuto clave de sede episcopal transmitido por las fuentes tardoantiguas. 
Acceso: Por carretera, surcando la A-4, por tren -a través de la Alta Velocidad- o, por avión, a través, fundamentalmente, de Sevilla, Córdoba es un accesible y atractivo destino turístico de primer orden que no deben perderse, desde luego, los amantes del mundo clásico porque apenas un par de días -incluso una jornada bien aprovechada- son suficientes para el "viaje en el tiempo" que siempre supone la visita a los restos de una antigua ciudad romana (que ofrece, es cierto, otros atractivos de otras épocas que, en cualquier caso, no es éste lugar para valorar) y que en Corduba, es, además, ciertamente fascinante. Al margen de lo aquí dicho un elenco de recomendaciones sobre accesos, rutas y servicios turísticos puede verse en la sección de Turismo de la página del Ayuntamiento de Córdoba, a la que remitimos.
Tipología: Es un conocido texto de Estrabón (Str. 3, 2, 1, por cierto, muy útil este índice del libro tercero del geógrafo griego elaborado por el Departamento de Historia Antigua de la Universidad de Zaragoza) el que nos informa sobre la fundación de Corduba como colonia (el título de Patricia lo recibiría verosímilmente más adelante, en época de Augusto, momento en que se exhibe el rótulo COLONIA PATRICIA, y sus variantes, en las acuñaciones monetales: ver aquí) por parte de Claudio Marcello en el año 152 a. C. en los inicios del proceso de colonización de la Península Ibérica (por cierto, que para la Historia Antigua de la Península Ibérica se ha editado recientemente un trabajo en dos volúmenes en la editorial Sílex ciertamente recomendable: pincha aquí, seguramente, a día de hoy, el mejor y más actual manual de Historia Antigua de la Península Ibérica que hay en el mercado hispano) y seguramente con el estatuto de colonia latina (léase sobre ello la polémica que se recoge en Celtiberia.net, por parte de A. Mª Canto, con muchas referencias bibliográficas, y, sobre todo, un poco conocido, pero útil, trabajo de la Profª Estela García Fernández: pincha aquí, esp. pp. 383-384, en unos términos que suscribimos) convirtiéndose en pieza clave como cuartel de las tropas romanas durante la conquista en su condición de capital de la Vlterior (ver, por ejemplo, App. Ib. 65-66 y las monedas acuñadas a partir de ese momento: pincha aquí), una de las dos provincias en que fue dividido el territorio peninsular en el año 197 a. C. (manteniendo su condición de capital cuando las dos Vlteriores, Lusitania y Baetica generaron, en época de Augusto, hacia el 27 a. C., dos nuevas provincias con esos mismos nombres) y, también, dotada de notable protagonismo durante las guerras civiles entre César y Pompeyo como cuartel general de los Cesarianos (el propio César estuvo en ella en el año 49 a. C.). A partir de época augústea, su situación al pie de Sierra Morena la convirtió, hasta bien entrado el siglo II d. C., en un centro económico de primer orden ensalzado por escritores como Plinio (Plin. Nat. 34, 4), momento al que obedecen, seguramente, la mayor parte de las construcciones que puede hoy contemplar el visitante y que se levantaron en el marco de la ampliación del perímetro y la extensión del territorio colonial obrada a partir de Augusto (pincha aquí para seguir todos los acontecimientos históricos que, especialmente en la época de las guerras civiles hispanas, se vivieron en Corduba y su entorno y accede, desde aquí, a un muy recomendable vídeo en el marco de la "Ruta de Lucio Anneo Séneca" -ilustre Cordubensis- promovida por Turismo de Córdoba). La ciudad mantuvo su importancia en la tardoantigüedad como prueban no sólo algunos de sus restos arqueológicos sino la participación de su incipiente iglesia cristiana en el concilio de Iliberris/Elvira, entre el 300 y el 324 d. C.
Descripción: El viajero que acude a visitar los restos de la ilustre Colonia Patricia es muy recomendable que, con anterioridad, se haya documentado o bien en la sensacional página de ArqueoCórdoba en internet que ofrece, incluso, una fotografía aérea de Córdoba con indicación de todos los hitos arqueológicos que merece la pena ser visitados (pincha aquí) o bien en algunas de las que se citan, con propuestas de itinerario incluidas, en el apartado "Recursos en internet" de este mismo post. En cualquier caso, y al margen de la información y de las recomendaciones de visita que se ofrecen en dichos espacios nosotros sugerimos no perderse, al menos, los siguientes atractivos arqueológicos a modo de vademécum esencial para el viajero: el espectacular templo y recinto público de la C/Claudio Marcelo; los monumentos funerarios de, al menos, la Avenida de América; el denominado palatium y la uilla de Cercadilla, frente a la estación del AVE; y, por supuesto, el Museo Arqueológico de Córdoba que custodia, además, los restos del teatro en una musealización y puesta en valor ciertamente envidiables. Vamos por partes... Si hay un monumento impactante en la Arqueología Peninsular y prueba, sin duda, de la potencia de una antigua ciudad romana, sin duda ése es -junto con algunos semejantes de Tarraco o de Augusta Emerita- el recinto del culto imperial que se alza majestuoso -pues no hay otro adjetivo mejor para definirlo- en la C/Claudio Marcelo, cerca del centro monumental de Córdoba y emplazado, según parece, en el centro del antiguo foro provincial (pincha aquí para saber más): su visita es inexcusable incluso para el viajero que pase por Córdoba de manera apresurada: sólo ese espacio ya nos permite imaginar el esplendor de este lugar. Cambiando del mundo de la arquitectura pública romana al de la arquitectura privada con ecos propagandísticos hay que insistir en que no es muy habitual poder contemplar en la Península Ibérica monumentos funerarios de planta circular tan extraordinariamente bien conservados -y restaurados- como los de la Avenida de América de Córdoba (advertimos que no son los únicos espacios funerarios que pueden verse de la antigua colonia Patricia: pincha aquí). Se trata, además, de una ocasión única (ver imagen en la parte superior de este post) de comprender de qué modo este tipo de monumentos -que estarían debidamente "marmorizados" y que debieron levantarse en época de Tiberio, una de las de esplendor arquitectónico de la ciudad- se ubicaban al pie de las vías potenciando su natural efecto propagandístico y auto-representativo, en este caso, además, en la vía que venía a Corduba desde Hispalis, la actual Sevilla. Cuando, en los años noventa, se comenzaron las obras para la construcción de la nueva estación de ferrocarril de Córdoba las palas excavadoras toparon con dos estructuras -hoy visitables y salvadas en parte- que ofrecen un extraordinario ejemplo de la transformación del paisaje rural de las antiguas ciudades hispanorromanas. Así, el lugar, en Cercadilla, fue primero una notable villa rústica alto-imperial (ver aquí) para convertirse, más tarde, cerca, en residencia y posible palatium del emperador Maximiano Hercúleo (pincha aquí). Por último, el Museo Arqueológico de Córdoba ofrece una extraordinaria panorámica a la Arqueología de Corduba y de su entorno. Aunque en la actualidad permanece cerrado por remodelación gran parte del mismo, la colección epigráfica que se ofrece en la primera planta -sólo una pequeña parte del patrimonio epigráfico de la antigua colonia y de su conuentus, ahora muy accesible en la red gracias al ejemplar Centro CIL II de Alcalá de Henares- es ciertamente soberbia con algunas piezas, además, emblemáticas en el repertorio de inscripciones latinas peninsulares y que cautivarán a cualquier amante de las "piedras con letras". Entre ellas (ver, sobre el Museo, este vídeo del Canal ArtenCórdoba en YouTube, muy útil) destacaremos la que formó parte de la fuente donada a la ciudad por [L.] Corneli[us], edil y duunviro de la colonia (CIL, II2/7, 201); la hermosísima -con damnatio memoriae que afectó, en forma de nítido borrado de las letras, al nombre del emperador- del Aqua Noua Domitiana que debió construir Domiciano para la ciudad (CIL, II2/7, 220, con foto aquí) (sobre los otros acueductos de la ciudad y sus restos pincha aquí); la conmemorativa de varios juegos ofrecidos a la colonia por el sacerdote del culto imperial L. Iunius Paulinus en cumplimiento de una promesa electoral (CIL, II2/7, 221, con foto aquí); o la curiosa -por la profesión del difunto- del "acomodador" del teatro (dissignator) Titus Seruius Clarus (CIL, II2/7, 345, con foto aquí), entre otras. El recorrido por la epigrafía de Corduba puede completarse con varias piezas que tienen el encanto que siempre atesoran todas las inscripciones reutilizadas, dos miliarios a ambos lados de la entrada a la Mezquita de Córdoba por el patio de los naranjos (CIL, II, 4712) y la pieza CIL, II2/7, 311 que nos sorprende empotrada en una esquina de la C/Rey Heredia -muy próxima al Museo y coincidente con el antiguo cardo de la colonia romana- y que fue dedicada por los colonos de Corduba a un magistrado colonial (ver foto en el encabezamiento de este post, abajo a la derecha). Como se habrá deducido de los enlaces que se ofrecen y de los que se inventarían en el apartado de "Recursos en internet", más abajo, hay más que ver de la colonia Patricia pero estos cuatro lugares parecen los más recomendables y, desde luego, los imprescindibles para quien quiera hacerse cargo de la Arqueología de una de las ciudades más ejemplares en cuanto a gestión de su patrimonio arqueológico urbano (sigue leyendo más abajo en los dos próximos epígrafes si quieres descubrir más atractivos visitables en el lugar).
Bibliografía: En cualquier contexto -sea urbana o sea rural- la Arqueología o, mejor dicho, la investigación y la gestión del patrimonio arqueológico, debe partir de instituciones especializadas en investigación por más que, a la postre, esta colabore -en una complementaria sinergia- con empresas de carácter privado especializadas en Arqueología (ver una reflexión nuestra, antigua, en este mismo blog, aquí). En las ciudades en que esa sinergia ha sido posible se han evitado los efectos -a veces perniciosos- de una Arqueología sólo en manos de arqueólogos profesionales y, por otra parte, sin conexión con el mundo universitario y los resultados y la calidad de la transferencia de los avances de la investigación han saltado a la vista haciéndose no sólo patentes sino, también, modélicos. Córdoba es, gracias al Departamento de Arqueología de la Universidad de Córdoba y, en particular, al empuje del Prof. Dr. Desiderio Vaquerizo y su equipo, un ejemplo de ello: grupos de investigación, excavaciones, programas de estudio de materiales, coloquios, publicaciones científicas, cursos de formación, conferencias de divulgación han colocado a Córdoba -y a la vieja colonia Patricia- en una posición privilegiada en materia de gestión, conservación y difusión del patrimonio arqueológico haciendo que los constantes trabajos arqueológicos desarrollados en la ciudad alimenten -cuando no inspiren, también- la dinamización de nuestro conocimiento sobre el pasado romano en toda la Península. Precisamente en torno a esa Cátedra de Arqueología de la Universidad de Córdoba se han promovido algunas de las publicaciones de referencia para conocer la Arqueología de esta ciudad si el valor de las mismas, muchas veces -y ello es prueba y refrendo de su calidad- va más allá del local trascendiendo a Corduba e, incluso, a la Bética. Resulta difícil hacer una selección  del ingente volumen de publicaciones útiles pero, personalmente, sí recomendaría la lectura -como punto de partida- del evocador trabajo de VENTURA, Á.: "Las élites de la colonia Patricia. Año 5 a. C.: un ejemplo de puesta en escena literaria y monumental", en Espacios, usos y formas de la Epigrafía hispana en épocas antigua y tardoantigua, Mérida, 2009, pp. 375-295 -un texto entre la Arqueología, la Historia y la Literatura: delicioso, admirable, fantástico...- y, después, de los volúmenes de MÁRQUEZ, C., BAENA, Mª D., y VAQUERIZO, D.: Córdoba, reflejo de Roma, Córdoba, 2011 o, por supuesto, del libro de L'Erma di Bretschneider Las capitales provinciales de Hispania. 1. Córdoba: Colonia Patricia Corduba, Roma, 2004 algunos de cuyos volúmenes se han recomendado ya aquí a propósito de otros enclaves arqueológicos urbanos hispanorromanos. Lógicamente, al margen de ello existe toda una amplísima bibliografía que permite hacer un extraordinario seguimiento de algunos (sino prácticamente de todos) de los aspectos centrales de la Arqueología cordobesa -algunos, como se ha dicho, con conclusiones y aportaciones de validez hispana general como los contenidos en los volúmenes VAQUERIZO, D. (ed.): Funus Cordubensium. Costumbres funerarias en la Corduba Romana, Córdoba, 2001 o Espacios y usos funerarios en el Occidente Romano, Córdoba, 2002 o las recientes aportaciones de la envidiable y muy meritoria serie Monografías de Arqueología Cordobesa, a saber: El anfiteatro romano de Córdoba y su entorno urbano: análisis arqueológico (siglos I-XIII d. C.), Córdoba, 2010 y Las áreas suburbanas en la ciudad histórica: topografía, usos, función, Córdoba, 2010- que atestiguan esa labor de transferencia y que (otro indudable mérito de estos equipos investigadores) no es difícil localizar en la red (gran parte de esta producción bibliográfica -y, en cualquier caso, un elenco sustancial y básico para conocer la evolución jurídica, histórica, institucional y monumental de Corduba, capital de la Vlterior- puede verse en la sección "Artículos on-Line" de la serie Simulacra Romae de la Biblioteca Digital Miguel de Cervantes -pincha aquíasí como en la sección, del mismo título, de ArqueCórdoba). En cualquier caso, para seguir las novedades conviene estar al tanto de esa página del Grupo de Investigación ArqueoCórdoba (especialmente aquí) donde periódicamente se presentan nuevas publicaciones, convocatorias de reuniones científicas y de investigación, dossier de noticias de prensa, etcétera...
Recursos en internet: Además de la inexcusable página de ArqueoCórdoba, ya antes citada, y de la sección correspondiente a "Visita los Monumentos" de la serie Simulacra Romae de la Cervantes Virtual, existen propuestas de visitas y puede hacerse acopio de datos históricos y arqueológicos sobre la ciudad romana que nos ocupa -además de en la recurrente Wikipedia- en la página ArtenCórdoba (con una sección muy bien documentada sobre Corduba) y en la web amateur Tarraconensis que, en otras ocasiones, también hemos puesto a vuestra disposición desde este blog (especialmente útil es, en este espacio, la lista cronológica que recoge todos los avatares históricos de la colonia y que ya antes se citó). Prescindimos de ofrecer más recursos pues estas páginas ya incorporan no sólo documentación suficiente sino también enlaces a otros sites en los que documentarse y aprender. Para seguir el día a día de la investigación arqueológica en Córdoba resulta inexcusable también el blog Arqueología en Córdoba.
Recomendaciones: Para quienes residimos en el Norte, acercarse al Sur -al margen de tópicos sobre la diferencia en el carácter Norte/Sur, a veces, cuando no siempre, absurdos- es, desde luego, una oportunidad de conocer -para lo bueno y para lo malo- otro modo de vivir. Córdoba es, desde luego, una hermosísima ciudad, creciente pero, a la vez, recogida, calurosa en verano pero siempre cálida por la hospitalidad de sus gentes, y hermosa, desde luego, en otoño y en primavera. Sería pretencioso glosar aquí cualquier recomendación turística en una ciudad que vive, en parte, de este sector y que ofrece decenas de restaurantes y de alojamientos capaces de satisfacer el amplio abanico de usuarios y, seguro, de lectores de este blog (ver aquí un banco de datos sobre restaurantes y aquí otro sobre hoteles procedentes de servidores convencionales con este tipo de información) pero, no obstante, algunas se darán pues para ello está esta sección de "Recomendaciones" de Oppida Imperii Romani. En materia de restauración -y siguiendo la filosofía de "experiencias reales" de este espacio- nuestra recomendación pasa por varios enclaves todos, además, bien diversos (prescindimos de citar cualquiera de las tascas y tabernas que, en el entorno de la célebre Mezquita, permiten degustar las especialidades típicas de la cocina cordobesa -no perderse el "rabo de toro", por ejemplo-). Para desayunar, almorzar a media mañana, o merendar es inexcusable la Pastelería Roldán -especialmente la de la Avenida de la Victoria, frente a los monumentos funerarios de la Puerta de Gallegos antes citados- donde una "monumental" tostada con mantequilla ofrece la oportunidad de, en un rincón muy agradable de Córdoba, disfrutar del placer de las cosas pequeñas, caseras y sencillas. Para comer o cenar son recomendables -especialmente si se va con niños- las pizzerías Pizzaiolo (que ofrecen algo más que pasta, pizza y cocina italiana en su menú, pudiéndose degustar algunas especialidades locales tradicionales muy bien presentadas). No podía faltar, en este blog de carácter arqueológico, la recomendación gastronómica del Restaurante Cuevas Romanas, ubicado a las afueras de Córdoba e instalado en el lugar de una de las antiguas canteras de aprovisionamiento de piedra para las construcciones de la ciudad romana (sobre las canteras ver, por ejemplo, la descripción que de ellas hace la siempre útil página de ArqueotuR). Respecto de los alojamientos, recomendaremos dos, uno en el centro histórico -casi al lado de la Mezquita, con todas las ventajas que ello supone- y otro en la residencial y tranquila barriada de El Brillante, al pie de la sierra. El primero es el elegante y, al tiempo, funcional Hotel Maimónides y el segundo el Hotel Las Adelfas que, aunque algo apartado del centro -media hora a pie- ofrece algunas comodidades (zona de aparcamiento, piscina...) que, desde luego, compensan. Y aunque Córdoba trae, necesariamente, evocaciones de los versos lorquianos (cada cuál tendrá los suyos in mente), al autor de este blog la ciudad también le sugiere el título de una poco conocida -y hermosa- canción de los Duncan Dhu (pincha aquí para escucharla con imágenes, además, de la ciudad). Una buena melodía para una visita evocadora como pocas al corazón de la Baetica romana.